Luvina
Gabriel Cardenal.
Luvina (Juan Rulfo):
Comienzo por enterarme del lugar. Un narrador me cuenta en sus palabras sobre cómo es Luvina, u flora, sus suelos, sus paisajes, me cuenta de sus impresiones, con suficiente autoridad, pocas veces sin hacerse mucho cargo de ellas, “aunque esto sea un puro decir”. Me cuenta incluso rumores quemastican sus habitantes, si convencerse mucho con ellos, al menos en su experiencia aparente, pues si está convencido del viento, ese que rasca la tierra y que de vez en cuando deja crecer alguna plantita triste. Un narrador en fin que se hace cargo del relato, de contarme de este lugar, descripción en buen tono y forma (¿qué entendemos por buen?...). Un narrador homodiegético, quizás, de momento almenos, no mas que unos párrafos, un par para ser exactos. Y aquí cambia, ya no me cuenta mas este narrador, no solo eso, no solo dejó de contar, también cambió de espacio, o mas bien entró en él, en el de la historia, el relato, es parte de él, de ese mundo, se devela un poco mas subjetivo que antes y además cede, la voz y un grado mayor de subjetividad a un nuevo personaje, un personaje maspropiamente dicho, en mas de alguna acepción, y así comienza la dinámica, ya no tan clara como al principio, para poder terminar de saber sobre este curioso lugar. Le escucho la misma voz, aunque con diferencia en el tono, por un momento dudo de mi afirmación anterior, todavía no se hace cargo, me sigue contando, de Luvina, de sus vientos, ahora un poco mas oscuro, al menos opaco, en cómo describe,como me pinta el lugar, pero todavía haciendo distancia, me asegura que uno siente las garras de ese aire negro, pero dijo nunca de haberlo sentido, aunque ahora si me lo dice a mi, ¿O acaso habría otro “usted”?. Y que lo hay, ahora el de distinto tono se ha callado, me cuenta mi primer narrador, que se establece ahora como heterodiegédico, pues le ha cedido efectivamente la voz a este otro, no eranbroma las comillas, sigue siendo mi narrador, sigue estando, eso sin duda, me cuenta que este nuevo personaje se ha quedado callado, y que mira hacia afuera, y no solo eso, mas importante aún, los ubica en una tienda y les lleva el sonido del río, del viento, unos gritos de algunos niños y algunos mosquitos que encontraban su destino buscando la luz, quizá deberíamos pensar dos veces si tambiénqueremos encontrarla... Es de ahí el otro “usted”, el que nunca verá el cielo azul en el horizonte desteñido de Luvina, quizá a este también le llegan los sonidos y alguno que otro mosquito, el caso es que hay alguien mas en este espacio, interesado o no en lo que cuenta este personaje, y sigue contando, le cuenta al parecer, le pregunta, le explica, pero este aparente interlocutor no termina deaparecer, ni de desaparecer tampoco, molesta, su inmanente presencia, su constante ausencia, su presencia-ausencia molesta. ¿Será que nuestro personaje está demasiado borracho, por la cervezas que Camilo nunca llevo?... Si, también está Camilo, que no está tampoco, pero molesta menos, no sé por qué. Quizá porque no se le reclama constantemente un señal, algo un gesto, un murmullo, un pestañeo, unpequeño sorbo a la su cerveza, un personaje que no está pero que tiene una cerveza, definitivamente molesta. En fin, mi narrador juega conmigo, primero parece objetivo, descriptivo, observador, habla a partir de la observación y me cuenta lo que ve, lo que vio, pero pronto se separa, habla de “aquel”, le da la palabra a otro, intradiegético, que me habla a partir de su experiencia, que ya no mehabla a mi directamente, le habla a otro, que no puedo saber si está, está implícito o lo implico yo, caigo en el juego, le creo al personaje que está hablando con alguien, acepto las reglas y espero que Camilo llegue con el mezcal, quizá ni el mismo personaje esté tan convencido de ello, es posible, es decir, el habla desde el “yo”, su yo, cuenta su historia, la de su familia, allá en Luvina y de...
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