Luz Que No Se Apaga - Mirtha F. Siccardi

Páginas: 249 (62218 palabras) Publicado: 26 de junio de 2012
Luz que no se apaga

Por Mirtha F. Siccardi



Capítulo 1

El micro marchaba ya a las afueras de San Carlos de Bariloche, hermosa ciudad de los Andes argentinos junto al lago Nahuel Huapí. Poco a poco desaparecían los clásicos chalets tipo suizo, para dejar paso al paisaje patagónico-andino: allá los elevados picos coronados de nieve y más acá la abundante vegetación de las laderas:bosques de hayas y pinos.
El zumbido monótono del motor parecía adormecer a los pasajeros, que bien envueltos en mantas y tapados guardaban el mayor silencio mientras los ojos se cerraban perezosamente. Marthita Spendi se acurrucó más en su asiento y tragó saliva repetidas veces, como queriendo ahogar el nudo de llanto que le cerraba la garganta. Miró furtivamente a su compañera deasiento, que parecía dormir, y luego volvió a cerrar los ojos en los que ya ardían las lágrimas. Pero no ... no debía llorar... ya era una niña grande de catorce años... ¡sería una vergüenza hacerlo! Además, hacía sólo dos días que se había separado de su familia. Sólo dos días... pero... Martha carraspeó y comenzó a buscar en los bolsillos de su campera de cuero hasta que encontró una caja de“chiclets”, se puso tres en la boca y volvió a envolverse bien en su manta.
Trató de distraerse mirando una vez más sus botitas charoladas que asomaban bajo su abrigo. ¡Qué lindas eran! Nunca había tenido un par así y ¡cuántas prendas lindas tenía! ¡Cuánta ropa nueva! Cuántas cosas habían sido para ella desde aquel día... Hacía un mes que el doctor Enrique habló detenidamente con sus padres y con ella.Martha recordaba todo perfectamente. El doctor, viejo amigo de la familia la había atendido siempre y ella le tenía gran confianza. Las palabras que él pronunciara aquel día volvían con claridad a su mente: “Vengo tratando a Martha desde que nació. Siempre ha sido una chica sana y fuerte hasta que comenzó a dar el estirón de la adolescencia. Empezó a debilitarse como todos a su edad, pero el‘atracón’ de estudios terminó en lo que debía terminar tamaña imprudencia a su edad y estado. Y aquí la tenemos a la niña cansada física y mentalmente -- agotada. Con inyecciones y pastillitas poco conseguiremos y ha llegado la hora de hacer algo... de hacer lo necesario para reponerla. Martha debe cambiar completamente de ambiente, por lo menos por un mes. Es absolutamente necesario que no toqueun solo libro de estudios y que se distraiga en tareas que no exijan esfuerzo mental. Necesita mucha distracción, paseos, deportes, etc.”
Luego habló exponiendo su plan, diciendo finalmente: “Debemos hacer cuanto esté a nuestro alcance para mandar a Marthita al Sur. Sería un cambio completo. Allí podrá distraerse ampliamente con el cambio de paisaje y me gustaría que aprendiera un poco deesquí. Es un buen ejercicio y excelente distracción. Sí, sí, realmente tenemos la oportunidad por las barbas y sería muy triste dejarla escapar, porque bien se sabe que es calva, ¿no?”
Sí, el doctor Enrique tenía razón. La oportunidad se presentaba como pocas. La señorita Erica Lestka, profesora de gimnasia de Martha y enfermera del doctor había seguido y planeado junto con él todo loreferente a la niña. Erica había estado muchas veces en el Sur, practicando los deportes de invierno. Tenía alojamiento y pensión gratis en el refugio-hotel del Sr. Herman Winelmann, viejo amigo de sus padres, de modo que con esa influencia logró fácilmente que el Sr. Winelmann acordara de buen grado dar alojamiento gratuito a Martha. “Nada me cuesta hacerlo”, había dicho en una carta. “Tendré sumoplacer en complacer su pedido, Srta. Erica”.
En ese momento el coche dio un barquinazo y Martha salió bruscamente de sus cavilaciones. Miró a su alrededor y por algunos segundos casi se divirtió observando a un grueso señor sentado en la otra fila, a quien el sacudón acababa de despertar y que se hallaba ahora rezongando patéticamente. Pero pronto volvió a dormirse y Martha siguió...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Un Luz Que Se Apaga
  • LUZ Y F
  • El sida una luz que se apaga
  • Apague la luz y escuche
  • F sica Luz
  • luz que no se apaga
  • Una Luz Que Se Apaga
  • Jorge Eliécer Gaitán, la luz apagada de una esperanza.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS