MÉXICO Y SU REVOLUCIÓN
Páginas: 16 (3897 palabras)
Publicado: 27 de octubre de 2013
Versión parcial del estudio "The Historiography of Mexican Labor", dedicado a evaluar las ponencias sobre el trabajo en los siglos XIX y XX, presentadas en la V Reunión de Historiadores Mexicanos y Norteamericanos (Pátzcuaro, Mich, octubre de 1977). Publicado en inglés en Elsa Cecilia Frost, Michael C. Meyer y Josefina Zoraida Vázquez (Compiladores) El trabajo y los trabajadores en la historiade México. México, El Colegio de México, 1979, pp. 739-56. John Womack Jr, autor de Zapata y la Revolución Mexicana (Siglo XXI Editores, 1969), ha colaborado en Nexos. núms. 11 (noviembre, 1978) y 15 (marzo. 1979).
Durante unos 2 mil 500 años trabajo y obra han tenido significados muy distintos en el mundo occidental. No solamente en inglés, sino todas las demás lenguas europeas establecían unadistinción entre ambos términos. En alemán hay diferencia entre arbeiten y werken; en italiano, francés y castellano no es lo mismo lavorare, labourer o laborar o trabajar, que fabricare u operare, ouvrer o oeuvrer y fabricar u obrar.
LA DIVISIÓN PRÁCTICA DEL TRABAJO
La diferencia era muy clara porque la distinción práctica lo era: trabajo y obra fueron actividades distintas que realizabandistintos grupos de seres humanos. El trabajo lo hacían los esclavos, siervos o campesinos, generalmente en el campo, sin derecho para escoger tiempo ni siembra, sujetos a la naturaleza, víctimas de la necesidad. La obra correspondía al artista y el artesano, en el momento y estilo que le convenía utilizando la naturaleza para producir bienes según sus propias ideas, libre para crear. Por eso lasactitudes hacia el trabajo y la obra fueron distintas. En todas las lenguas europeas trabajo ha significado esfuerzo, penalidad, padecimiento, fastidio, lucha, batalla, sufrimiento, aflicción, pobreza, soledad, abandono, prueba, adversidad, apremio. Obra, en cambio, significó hacer, construir, producir causar, logro, satisfacción, imaginación activa contra la naturaleza, acción en compañía y, paracierto público, algo admirable y durable.
El respeto tanto para el trabajo como para la obra es viejo y arraigado en la historia occidental. Desde los tiempos de Aristóteles fue un respeto profano, compartido únicamente por quienes intervenían en la producción de bienes mundanos. Para los dedicados a la lectura, a la contemplación de lo sagrado y lo ideal -los que ahora llamaríamos"intelectuales"- el trabajo y la obra inspiraban terror. El primero era terrible porque los trabajadores sometidos a la naturaleza estaban incapacitados para la vida contemplativa. La obra lo era porque al convertir la idea en realidad, el artesano o el artista convertía lo perecedero en eterno, lo lamentable en contemplable. Por consiguiente, durante siglos, el trabajo y la obra atrajeron la atenciónúnicamente de esos despreciados parientes de los "intelectuales" que llamamos ahora economistas, sociólogos o técnicos.
Clasificados entre los cultos, por tradición los historiadores de occidente hicieron la crónica de las glorias divinas y nobles, desentendiéndose del trabajo. Aún en el siglo XIX "en tanto que el desarrollo (profesional) de la erudición histórica... parecía beber de fuentesinagotables y abrir nuevos horizontes, el énfasis en la historia diplomática y política, la visión de un estado nacional como la meta principal de la historia y los conceptos de continuidad, crisis y discontinuidad como determinantes en la historia, crearon un marco harto definido y rígido". (Félix Gilbert, History, Englewood Cliffs, 1965, p. 335). Los economistas, que profesionalmente surgieron cien añosantes, hicieron del trabajo su centro de interés, pero únicamente en los últimos cien años lo han estudiado seriamente; cuando se interesaron en él, por mucho tiempo tuvieron dificultad para definirlo históricamente. Por lo general, hicieron la historia de las condiciones del trabajo: historias institucionales y legales, historias de los salarios, o bien historias del supuesto fin del trabajo y...
Durante unos 2 mil 500 años trabajo y obra han tenido significados muy distintos en el mundo occidental. No solamente en inglés, sino todas las demás lenguas europeas establecían unadistinción entre ambos términos. En alemán hay diferencia entre arbeiten y werken; en italiano, francés y castellano no es lo mismo lavorare, labourer o laborar o trabajar, que fabricare u operare, ouvrer o oeuvrer y fabricar u obrar.
LA DIVISIÓN PRÁCTICA DEL TRABAJO
La diferencia era muy clara porque la distinción práctica lo era: trabajo y obra fueron actividades distintas que realizabandistintos grupos de seres humanos. El trabajo lo hacían los esclavos, siervos o campesinos, generalmente en el campo, sin derecho para escoger tiempo ni siembra, sujetos a la naturaleza, víctimas de la necesidad. La obra correspondía al artista y el artesano, en el momento y estilo que le convenía utilizando la naturaleza para producir bienes según sus propias ideas, libre para crear. Por eso lasactitudes hacia el trabajo y la obra fueron distintas. En todas las lenguas europeas trabajo ha significado esfuerzo, penalidad, padecimiento, fastidio, lucha, batalla, sufrimiento, aflicción, pobreza, soledad, abandono, prueba, adversidad, apremio. Obra, en cambio, significó hacer, construir, producir causar, logro, satisfacción, imaginación activa contra la naturaleza, acción en compañía y, paracierto público, algo admirable y durable.
El respeto tanto para el trabajo como para la obra es viejo y arraigado en la historia occidental. Desde los tiempos de Aristóteles fue un respeto profano, compartido únicamente por quienes intervenían en la producción de bienes mundanos. Para los dedicados a la lectura, a la contemplación de lo sagrado y lo ideal -los que ahora llamaríamos"intelectuales"- el trabajo y la obra inspiraban terror. El primero era terrible porque los trabajadores sometidos a la naturaleza estaban incapacitados para la vida contemplativa. La obra lo era porque al convertir la idea en realidad, el artesano o el artista convertía lo perecedero en eterno, lo lamentable en contemplable. Por consiguiente, durante siglos, el trabajo y la obra atrajeron la atenciónúnicamente de esos despreciados parientes de los "intelectuales" que llamamos ahora economistas, sociólogos o técnicos.
Clasificados entre los cultos, por tradición los historiadores de occidente hicieron la crónica de las glorias divinas y nobles, desentendiéndose del trabajo. Aún en el siglo XIX "en tanto que el desarrollo (profesional) de la erudición histórica... parecía beber de fuentesinagotables y abrir nuevos horizontes, el énfasis en la historia diplomática y política, la visión de un estado nacional como la meta principal de la historia y los conceptos de continuidad, crisis y discontinuidad como determinantes en la historia, crearon un marco harto definido y rígido". (Félix Gilbert, History, Englewood Cliffs, 1965, p. 335). Los economistas, que profesionalmente surgieron cien añosantes, hicieron del trabajo su centro de interés, pero únicamente en los últimos cien años lo han estudiado seriamente; cuando se interesaron en él, por mucho tiempo tuvieron dificultad para definirlo históricamente. Por lo general, hicieron la historia de las condiciones del trabajo: historias institucionales y legales, historias de los salarios, o bien historias del supuesto fin del trabajo y...
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