Mañana Será Otro Dia

Mañana será otro día
Aquellos ojos infantiles, cuya mirada no sólo traspasaba el grueso cristal de la ventana, sino también las barreras de la realidad,lograban el mágico encanto de situar a su director en medio de aquel lejano lugar.
La voz de la madre procedía del otro extremo de la casa, desvaneciéndosemás y más a cada palabra, dando lugar a la imaginación, a los sueños.
“Mañana al levantarme bien temprano, me vestiré rápidamente. No saldré por la puerta,saltaré por la ventana y correré, correré hacia el parque, tratando de vencer la carrera de la bicicleta del panadero y del viejo tren que suele tomar miabuelito”.
“Antes pasaré por la tienda de don Antonio, tomaré unos dulces y escaparé tan rápido que aquel panzón, ni nadie, podrán alcanzarme”.
“Llegaré alparque, treparé por los árboles retando a las ardillas a una prueba de agilidad, perseguiré sin piedad a las mariposas hasta atrapar a todas y, entonces,les devolveré su libertad”.
“Pisaré los prados cortando todas las flores que está prohibido cortar y con ellas haré una corona que colocaré en la cabeza delgran patricio. Después, me bañaré en la inmensa fuente central, nadie podrá detenerme”.
“¡Ah! Mañana será otro día”.
Con la contundencia de un cristalque se rompe, aquellos pensamientos fueron rotos por una voz:
-Hijo, ya te he dicho mil veces que no me gusta que pierdas el tiempo en esa ventana.¡Vamos a cenar!
-Ya voy madre, ya voy…
Y las pequeñas manos se apoyaron sobre los dos grandes círculos y desplazaron la silla de ruedas hacia el comedor.