Mañana

Vivo en un barrio tranquilo donde, una gata enamorada y el par de borrachos cantores que tengo por vecinos de fondo son los que se encargan de romper, de vez en mes, la rutinaria tranquilidad de micuadra. Hace unos cuantos años ya, el día después del día que todos y todas esperan (mañana) los gritos de una de mis vecinas menos cercana rompieron la inercia, y exigieron por la atención de todos.Vivo en un barrio tranquilo y como cubanos que son todos (me incluyo), salieron a la calle o al menos a los portales para ver de qué se trataba. Y entonces fue cuando fuimos cómplices de como elpropio ramo de flores devenido en fusta ponía fin a la imagen de hombre tierno, que con serenata y todo se había inventado Antonio en la noche anterior. Antonio, su mari-novio, el mismo que con un tríode guitarras le había regalado un 14 de febrero excepcional a Claudia, ahora descargaba toda su rabia sobre si. Sabe dios por qué e imagino que solo él -Antonio- sabe a costa de cuántos tragos de másera que habían llegado a aquel extremo otra vez. Las flores -rosas rojas- se esparcieron por la acera, destrozadas. Y el 14, se rompió ante mí, como la última rosa que le lanzó contra su rostro, yacansado de pegarle mientras de su boca emanaba una sarta de insultos que por desagradables no atiné ni a interiorizar.

Parece de película, pero ¿acaso las películas no salen de situaciones que pasarono alguien imagino que podrían pasar alguna vez?. Es una reflexión que se volvió sólida para mí luego de presenciar aquel -tristemente célebre- acontecimiento.

En ese tiempo, recuerdo que,acumulaba ilusiones, y entre libretas de recuerdos, canciones y versos construía y mi anhelado día de San Valentín. Tiempo después lo tuve… los tuve y los sigo teniendo. A la vieja usanza, con flores yversos. En plan de cita romántica, con el mar, la luna, la madrugada y su cuerpo. Admito que el 14-02 y sus mitos no son del todo ajenos para mí, mas la historia de Antonio y Claudia perdura, quizás como...