Macro
Empecemos por lo obvio (que generalmente es obviado). Las armas fueron creadas con un objetivo:
matar. Entonces, en sociedades democráticas que deberían habilitar la participaciónciudadana y la
resolución de conflictos por vías institucionales ¿Para qué quieres el arma? ¿Qué pretendes hacer
con ella? ¿Qué esperas que ella te brinde? ¿Qué ocurrirá con el arma? ¿ Dónde y cuándo seEmpleará ?
Analizar estas preguntas, y evaluar sus respuestas, es tarea de todos. Muchos ciudadanos quieren
acceder a un arma de fuego o quedarse con la que tienen, bajo el supuesto que asíaumentarán su
seguridad y posibilidades de autodefensa. Esta decisión nos involucra a todos nosotros – los
ciudadanos, los políticos, los dirigentes sociales, los médicos, los activistas, los comerciantes –no
debe ser un ejercicio reservado para el criterio individual. En las sociedades democráticas tener un
arma y por ende la posibilidad de ejercer violencia, no puede ser considerado un derechoindividual
sino una concesión que el Estado realiza.
Micro
“En Venezuela ha habido tres leyes de ‘desarme’: una en 1928, otra en 1939 y la última en el 2002. Todas han sido para controlar las armas,más no para evitar que personas que no sean funcionarios policiales o militares las porten”.
Deben transparentarse para saber a qué se enfrentan. Luego vienen los permisos para órganos distintos a loscuerpos de seguridad y Fuerza Armada Nacional (FAN) y por último, aunque no menos importante, el control de la importación y fabricación de municiones y armas en Venezuela”, explica San Miguel.Lamenta que Venezuela enfrente el dilema de que sus propios órganos de seguridad no tengan contabilizado su parque de armas, a lo que se le suman zonas grises en cuanto a su control: cuerpos de seguridadprivados, armerías y Milicia Nacional Bolivariana, y zonas rojas como lo son los colectivos sociales, fuerzas bolivariana armadas y “hasta la presencia de grupos guerrilleros en territorio...
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