Mad Max
Al igual que con la película, el título de Avalanche Studios llega con una propuesta
rompedora en cuanto a calidad y puesta en escena. Mad Max es, quizás, uno de los juegos más interesantes del plantel de septiembre que hará las delicias de los amantes de los
juegos tipo sandbox más extremos.
Al igual que con esta aventura de Batman, que ha tocado a su fin hace escasos meses con
el lanzamiento de Arkham Knight, esta vez Warner cambia de Rocksteady a Avalanche
Studio para traernos un nuevo títulos, esta vez del cine y no de los cómics, demostrando que se pueden hacer grande triples A salidos directamente de otros productos culturales. Y
no nos equivoquemos, Mad Max es uno de los mejores juegos a los que he tenido la oportunidad de jugar en lo que llevamos de año pero, quizás, haya pasado algo
desapercibido por verse eclipsado por otro de los grandes títulos del año como es Metal
Gear Solid V.
Dejando esto atrás, y entrando en materia, lo primero que llama la atención del juego de
Avalanche creadores por otro lado del épico Just Cause es que es un juego que, basado en la película, no se basa en ninguno de los acontecimientos de la misma creando una
nueva historia separada de la vida de Max, y lo hace con un protagonismo propio que, a mí
personalmente, me recuerda más a la última entrega que a las cinta que tenían a Gibson como protagonista en los 80s.
Si bien, como digo, se trata de un título sublime en cuanto a puesta en escena y en ofrecer horas de juego, lo cierto es que Mad Max no es experiencia definitiva sobre la franquicia a la
que nos habíamos hecho a la idea. Hace muchas cosas bien, pero quizás su mejor carta de
presentación es su mayor pero, o al menos, es que el yo he notado en esta semana de partidas esporádicas pero largas e inversivas.
Un mundo abierto, ofrece tantas oportunidades como desventajas, y en el este caso, con ...
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