Maestra en artes

De Nietzsche a la Posmodernidad
María G. Ariza






Considerado como el último filósofo metafísico, Friedrich Nietzsche plantea la estética en una dimensión metafísica y ontológica esencial de manera que “formula su experiencia y concepción fundamental del ser a través de las categorías estéticas” (Bozal, 2004 p. 352) que perdurarán a través de toda su obra.

Desde las primeras obrasde Nietzsche, éste presentaba una metafísica del artei donde la existencia del individuo y el mundo no pueden justificarse más que por medio de la estética: “Es necesario elevarnos resueltamente hasta una concepción metafísica del arte, y recordar la afirmación…de que el mundo y la existencia no pueden parecer justificados sino en cuanto fenómeno estético” (Nietzsche, 2003, p. 156). Estametafísica se funda en la dualidad de dos instintos que se presentan en la tragedia griegaii: Apolo, instinto de la forma bella, y Dionisos, instinto de lo caótico, de la embriaguez, del delirio sexual. Apolo, representante de las artes visuales, Dionisos, de la música.

Este enfoque metafísico de la estética queda sentado en el primer período de sus estudios estéticos en El Origen de la tragedia, obraque es a su vez “una reinterpretación de la greciedad, una revolución filosófica y estética, una crítica a la cultura contemporánea y un programa de renovación de la misma” (Vattimo, 1996, p. 19). En este texto, Nietzsche expone una visión novedosa del mundo griego, donde el dolor y el sufrimiento son parte protagónica de la vida, como de igual forma sucede en la vida moderna. En palabras deVattimo (1996) “la importancia de la propuesta de Nietzsche…consiste en abrir el camino a una renovada relación con el mundo clásico que supone también una radical actitud crítica ante el presente”.

El hombre, según Nietzsche, es un ser dividido entre lo apolíneo y lo dionisiaco, opuestos entre sí, pero que no pueden existir el uno sin el otro: “Apolo y Dionisos, esos dos dioses del arte, son los quedespiertan en nosotros la idea del extraordinario antagonismo, tanto de origen como de fin, en el mundo griego, entre el arte plástico apolíneo y el arte desprovisto de la forma, la música, el arte de Dionisos. Estos dos instintos tan desiguales caminan parejos, la más de las veces en una guerra declarada, y se excitan mutuamente para creaciones nuevas, cada vez más rotundas” (Nietzsche, 2003, p.23).

Esta relación entre Apolo y Dionisos es ante todo “una relación de fuerzas en el interior del individuo, que al principio de la obra Nietzsche compara con los estados del sueño (apolíneo) y de la embriaguez (dionisiaco) y que funciona en el desarrollo de la civilización como la dualidad de los sexos en la conservación de la especie” (Vattimo, 1996, p.23).

Los instintos o pulsiones(Triebe) apolíneo y dionisiaco son la base de todo individuo; son considerados no sólo como instintos artísticos, sino como “principios del universo”. Nietzsche, expresa Fink (1996), ilustra estos principios artísticos antagónicos “con una contraposición «fisiológica-psicológica » de la vida humana: sueño y embriaguez; eleva la psicología del instinto artístico del hombre, a la categoría deprincipio del universo. Lo que inicialmente era una tendencia humana se convierte en un poder ontológico”.

Apolo se presenta como el dios del sueño, de las representaciones de formas bellas, del orden y la razón, mientras que Dionisos juega con la embriaguez hasta llegar al éxtasis. Es por medio de esta dualidad que el ser humano deja su individualidad y llega al Uno primordial; el rompimientodionisiaco del principio de individuacióniii se convierte en un fenómeno estético “El hombre no es ya un artista, es él mismo una obra de arte: el poder estético de la naturaleza entera, por la más alta beatitud y la más noble satisfacción de la unidad primordial, se revela aquí bajo el estremecimiento de la embriaguez” (Nietzsche, 2003, p. 28).

Después de El Origen de la tragedia, Nietzsche da un...