maestra
engeneral, ynaturaleza humana en particular. Estamos en unterreno donde conviene despejar los equívocos.Para entender correctamente qué es el hombre y qué es lanaturaleza humana es importante evitar, de nuevo,latentación del dualismo. Sería dualismo, en efecto, pensarque en el hombre hay una naturaleza abstracta, intemporal,cuando resulta que somos seres concretos, históricos, enunas determinadas circunstanciasque continuamente estánen variación.Pero también sería parcial elmodelohistoricista orelativista, según el cual el hombre es relativo a cadaépoca, a cadacultura, etc.: no habría una naturalezahumana,sino diversidad de seres humanos en relación a loscuales losbienesdel hombre, los fines, lamoralidad, etc.,variarían, no siendo ningúnsistemamejor o peor que sucontrario. Tan dualista es elracionalista que pretende hacer unacienciaexacta del hombre, como el historicista o relativistacultural. Para unos, la naturaleza humana está, por así decir, por encima deltiempoy del espacio,impertérrita.Para otros, no existe sino lo que existe son los individuosconcretos. Ambas posturas nos abren alconflictoentrenaturaleza ylibertad: ¿es la nuestra una naturaleza libre?,¿cabe libertad si resulta que seimpone una naturalezadada?, ¿no supone la libertad que la realidad humana debeser creada por cada hombre?, ¿hay un conflicto entrenaturaleza y libertad?
Esta discusión se agudiza enEuropaentornoa1800, y hasido frecuente en algunas escuelas científicas y filosóficasmodernas, para las cuales, el hombre o esmateria evolucionada, o una libertad desarraigada, que se enfrentaa la naturaleza al...
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