Maestria Educacion-Supervision Escolar
Por: Prof. Gloria Miranda, Superintendente - Asociación Adventista del Este
Hoy nos encontramos felices en la casa de Dios. La felicidad es relativa dicen algunos. Sin embargo, los hijos de Dios sabemos que no. La definición de felicidad que más me gusta es:
“Felicidad es un estado de ánimo que se produce en la personacuando cree haber alcanzado una meta deseada y buena. Es una condición interna de satisfacción y alegría.”
El ser feliz como estado de ánimo depende de mí. No del que está a mi lado. Yo la acepto como don de Dios para mi vida y así la transmito. Es de vital importancia que entendamos la gran responsabilidad que tenemos de transmitirla al ser llamados hijos e hijas de Dios.
En nuestros centroseducativos tenemos la oportunidad de poder ser felices y compartir con otros la alegría de un Salvador.
En el año 1749, la Academia de Dijon en Francia, reflejando la preocupación que empezaba a sentirse por algunos de las consecuencias del período histórico llamado la Ilustración, ofreció un premio al mejor ensayo sobre un interesante tema: “¿Ha contribuido el progreso de las artes y de lasciencias a la corrupción o a la purificación de la moral? El ganador del concurso fue Jean Jacques Rousseau quien a través de su ensayo, sostenía que las artes y las ciencias habían llevado a la corrupción de la moral”. Este hombre con su pensamiento cambió el mundo, acusó al mundo al cuestionar severamente la educación tradicional. La acusó de ser uno de los principales factores de la infelicidadhumana.
Entonces comenzó el cuestionamiento de si en realidad era necesaria la educación. ¿Se justifican sus funciones en el mundo contemporáneo? ¿Perjudica la educación la misión social y espiritual de un pueblo? O simplemente damos por sentado que no se puede cuestionar la educación.
Es hora de preguntarnos qué ha pasado en los últimos años que a pesar del gran desarrollo tecnológico yconocimiento mayor que en siglos pasados. ¿Somos una mejor sociedad que antaño? ¿Hemos crecido como individuos? ¿Estamos mejor organizados y somos más considerados con nuestro prójimo?
Si no es así, ¿qué ha pasado con la educación?
¿Es acaso que Jean Jacques Rousseau tenía razón? Es la educación tradicional uno de los factores principales en la infelicidad humana.
A veces se piensaque con tener un gran edificio donde se tengan estudiantes y se contrate un personal que intenten enseñar se cumple con una misión educativa. Tristemente muchos piensan así. Aun entre hombres y mujeres que han dedicado su vida al crecimiento intelectual, se olvidan de considerar que es lo fundamental en la educación.
En el libro de la Educación, pág. 30 dice:
“En el sentido más elevado, laobra de la educación y la redención son una, pues tanto en la educación como en la redención “nadie” puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cuál es Jesucristo”.
No habrá educación tradicional como señala Rousseau que haga feliz al hombre. La educación tradicional pierde de toda perspectiva al gran fundamento que es Jesucristo.
“Educar es hacer lo que el buen cultivador hacecon las plantas que cultiva. Penetrar en el fondo o dentro en que la planta arraiga. Facilitar el esparcimiento de las raíces de la planta. Proporcionarle terreno que tenga las condiciones que favorecen facilitarle luz calor, aire y agua. Tratar de que el tallo o tronco crezca recto. Evitarle cambios violentos de temperatura y cuando esté formada y esté fuerte abandonarla a su libre desarrollo. “(Eugenio María de Hostos).
Cuando evaluamos quién o quiénes educaron a nuestros hijos, debemos considerar como plantea Eugenio María de Hostos quién penetra, facilita, proporciona, trata y evita en la formación de lo más preciado que la vida puede dar, un hijo.
Es responsabilidad de cada padre el proveerle a su tesoro todos los elementos adecuados para que tenga una educación que provea...
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