Maestro

Todo empezó con...
Los maestros... Son tan variados como lápices de colores en una gran caja de pintor. Algunos son brillantes, algunos nuevos, algunos veteranos… pero con todas sus diferencias,ellos comparten la misma meta. Su trabajo es dedicado a impartir el conocimiento desafiando a sus estudiantes a aprender y crecer. A veces es difícil de creer que los maestros realmente tienen vidaspropias. Algunos llegan a la escuela cuando apenas ha amanecido, y algunos permanecen en la escuela hasta que la oscuridad de la noche desciende sobre los patios de juego.
Hubo un tiempo en que sólotenían que preocuparse de la formación académica de los alumnos, y de la conducta. Como desgastados libros de historia, esos días ya se han ido. De los maestros actuales se espera que sean padressustitutos, psicólogos, policías a tiempo parciales, enfermeros,... “trabajadores milagrosos”. Y todavía, a pesar de todo, y quizás a pesar de ello, los maestros se mantienen firmes en la enseñanza,esforzándose mucho más que nunca en ofrecer a sus estudiantes una educación sólida, autovaloración personal, oportunidades de sobresalir y creer en sí mismos descubriendo sus talentos y sus ambiciones, tanto enel aula, como fuera de ella, o alentándoles para que sus imaginaciones o sueños se eleven a nuevas alturas.
En cualquier día lectivo, los maestros abren, para una vida, el obsequio magnífico de lalectura, los placeres progresivos de las Matemáticas, las aventuras de la Geografía y las Ciencias, el legado y las lecciones de la Historia, el embeleso del arte de la Música, la Literatura y losIdiomas, las demandas y los logros de la Educación Física,...
Los maestros son adorados y son despreciados, son respetados y son ridiculizados, son recordados y son olvidados. Forman sus propias familiasy se dedican a los hijos de otras personas.
Los maestros son la razón del por qué vuelan los aviones, de los programas de los ordenadores, de que el ballet sea bailado, las novelas sean escritas,...