maestro
Lida Sal, una mulata más torneada que un trompo, seguía con la oreja, no en lo que hacía, sino en la chachara del ciego Benito Jojón y un tal Faluterio, encargado de la fiesta de la Virgen del Carmen. Acompañados de don justo un gordito simpatico que solo come y ve las caras.
BENITO JOJON (decía el ciego, ensayando gestos igual que si se arrancara de lasarrugas de la cara, molestias de telaraña)
-Los «Perfectantes» - - son los mágicos, y cómo va a ser eso que usted me dice, cómo no se van a encontrar candidatas máxime ahora que los hombres andan tan ariscos. Sí, amigo Faluterio, hay poca boda y mucho bautizo, lo que no está bueno. Mucho solterón con cría, mucho solterón con cría...
DON JUSTO: afirma con la cabeza y sigue comiendo
FALUTERIO: -¿Quées lo que usted quiere?, y le formúlo la pregunta así a boca de jarro para que me diga su cabalidad en este asunto, y pueda yo conversarlo después con los otros miembros de la cofradía de la Santísima Virgen. Ya la fiesta está encima, y si no hay mujeres que se hagan cargo de los vestidos de los «Perfectantes», pues se hará como el año pasado, sin mágicos...
BENITO JOJON: -Hablar nada cuesta,Faluterio, hacer es más trabajoso. Si a mí me dan la caridad de ocuparme de los trajes de los «Perfectantes», tal vez encuentre candidatas, -hay mucha mujer casadera, Faluterio, mucha mujer en edad de su merecimiento.
FALUTERIO: -Es difícil, Benito, es difícil. Creencias de antes. (se despide del ciego JOJON, se levanta y sale del escenario)
DON JUSTO: se levanta y se despide del ciego JOJOn ycamina junto a don Faluterio.
Se acerca Lida sal, secándose las manos por estar lavando los trastos sucios y agarra la manga del saco del ciego. Benito Jojón cedió al ademán afectuoso, detuvo el paso, pues él también iba hacia su casa que era la plaza toda, y preguntó quién le retenía.
LIDA SAL: -Soy yo, Lida Sal, la muchacha que friega los platos aquí en la comidería.
BENITO JOJON: -Sí, hija, yqué se te ofrece...
LIDA SAL: -Que me dé un consejo nuevo...
BENITO JOJON: -¡Ja! ¡Ja!, entonces vos sos de las que creen que hay consejos viejos...
LIDA SAL: -Y mismito por eso, yo lo quiero nuevo. Un consejo que invente sólo para mí, que no se lo haya dado a ninguna otra, que ni siquiera lo haya pensado. Nuevo, qué se entiende, nuevo...
BENITO JOJON: -Veamos, veamos, si puedo...
LIDA SAL:-Se trata, ya sabe usted... -Que estoy, ¿cómo le dijera?, que estoy algo prendada de un
hombre y éste ni siquiera me vuelve a ver..., soltero, guapo, rico... (suspiró Lida Sal), pero qué se va a
fijar en mí, friega trastes, si él es una gran cosa...
BENITO JOJON: -¿Es soltero?-No te des más trabajo. Sé lo que querés, pero como me has dicho que eres fregona, me cuesta pensar en que te alcancepara dar la limosna de uno de los trajes de los «Perfectantes». Son muy caros...
LIDA SAL: -Por allí no se aflija. Tengo alguito, si no es mucho lo que cuesta la limosna. Lo que yo quiero saber es si usted se compromete a darme uno de esos vestidos mágicos y va donde el ingrato ése a que se lo ponga el día de la patrona. Que se vista de «Perfectante» con el traje que yo le mande, eso es loprincipal. Lodemás corre por cuenta de la magia.
BENITO JOJON: -Pero, hija, si además de no ver, no sé dónde encontrar al caballero ése que te has prometido, del que te has prendado, pues estoy doblemente ciego.
Lida Sal se inclinó hasta una de las grandes orejas rugosas y peludas y mugrientas del ciego, y le dijo:
LIDA SAL: -Donde los Alvizures...
BENITO JOLON: -Ah... ah...-Felipito Alvizures...El ciego montose en un carreta de la familia Alvizures y llego a la finca de ellos…..
Se acerca el ciego a doña Petronila Ángela e intento besarle la mano, pero ésta la escabulló a tiempo y en el aire quedó el chasquido diciendo:
DONA PETRANGELA: -La boca se hizo para comer, para hablar, para rezar, Jojón, y no para andarse comiéndose a la gente. ¿Venía en busca de los hombres? Por...
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