Maggots

Capítulo I: One stair

Pov’s Kazuki

-Viernes-

Tenía mis labios completamente sumergidos en la clara piel de su hombro, succionando sin piedad aquella piel que deseaba marcar para que no olvidara que por esa tarde él sería sólo mío. Mis manos se encargaban de sostenerlo por sus caderas, adecuando a mi gusto el ritmo en el que su cuerpo se movía deliciosamente sobre el mío. Sentía como mimiembro se deslizaba en su interior, y el escuchar esos gemidos inocentemente sonoros, dignos de una puta barata primeriza, me enloquecía.

—Mue…muévete —Sonreí de medio lado. Era delicioso escuchar su voz ronca por el placer en mi oído, pero me era mucho más excitante escuchar como trataba de ahogar sus gemidos contra mi cuello, luchando por poder coordinar y controlar sus labios.

—Nh —Empujémis caderas contra su interior, sintiendo como su miembro duro rozaba mi abdomen. Sus muslos apretaron mis costados y supuse por lo arqueada que quedó su espalda que no duraría mucho más antes de que se corriera, liberando el placer que luchaba por contener.

—Kazu…ki —Sonreí nuevamente, complacido al escuchar mi nombre entrecortado y casi suplicante salir de sus labios algo hinchados por elanterior juego de besos que habían precedido al sexo. Me hubiera gustado poder pronunciar su nombre en su oído, puesto estaba seguro que eso lo hubiera dejado en el borde de la locura, pero guardé mis intenciones al recordar sin pena ni culpa, que no sabía cómo se llamaba, y si lo sabía, pues no lo recordaba.

—Afírmate —le ordené y aunque tardó un poco en sostener su cuerpo contra la pared,cuando lo hizo, aparté una de mis manos de su cadera y deslizando la yema de mis dedos por su abdomen tomé su miembro para comenzar a masajear esa zona que estaba un poco olvidada. Como respuesta obtuve un sonoro y necesitado gemido contra mi cuello.

No necesitaba conocer su cuerpo para estar consciente que lo que estaba haciendo era lo correcto, además de que sus súplicas por más me incitaban adarle precisamente aquello que pedía. A ratos sentía sus uñas rozar con fuerza mis hombros y a modo de venganza por eso, apretaba la punta de su miembro con mis dedos y mordía su piel con fuerza, hasta que sentía sus uñas aflojar. Era un juego de dar y recibir, a pesar de que a esas alturas ninguno de los dos podría durar mucho más. Mis piernas ya estaban un poco cansadas, y también mi espalda ybrazo que estaban hace rato sosteniendo el cuerpo del otro. Con cuidado de no salirme de su interior fui dejando su cuerpo resbalar por la pared, al mismo tiempo que doblaba mis rodillas, hasta que las sentí chocar contra el piso. Supuse que al otro le gustaba también aquella nueva posición, puesto comenzó sin pudor a moverse sentado sobre mis muslos. El muy maldito sabía cómo darme el placer quepocos conseguían hacerme sentir, y eso que no recordaba haber estado antes con él. Quizás era uno más de esos cuerpos sin rostro con los que había follado en alguna fiesta.

—Ahí… más, dios… ¡Más! —Entre gemidos y espasmos en mi bajo abdomen me corrí en su interior, sintiendo de inmediato como su semen se esparcía cálido en la palma de mi mano.

No esperé a que mi respiración se calmara, noporque no quisiera, sino porque la puerta del salón se abrió de golpe, dejando al descubierto nuestra escena. Mi vista fue a chocar directamente con los ojos enfurecidos y asqueados del director del instituto y antes de que pudiese hacer algo para moverme o vestirme, sentí como la puerta se volvía a cerrar. Claramente no era para darnos privacidad, sino para que nos vistiéramos.

—Mierda —Miré dereojo al chico que estaba abrazado a mi cintura, con su rostro mostrando bastante más pavor del que esperaba.

—Ey, tranquilo… no creo nos haga nada —En mi interior, esperaba mis palabras fueran ciertas, pero como sabía al salir del salón el director estaría afuera, preferí no hacer esperar al hombre ilustre que trataba ser. Me salí con lentitud de su interior, intentando besar sus labios por...