magister

Cuando Johannes Swinkels cambió el nombre de su cervecería familiar y la bautizó Bavaria, en 1928, seguramente no sospechaba las batallas legales que le estaba dejando en herencia a sus sucesores delsiglo XXI.

Desde que Swinkels tomó esta decisión, la cerveza que fabrica, y que comparte el nombre con una región del sur de Alemania, se produce en la misma planta situada en las afueras delpueblo de Lieshout, en la llanura llena de granjas del sur de Holanda. La cervecería ha prosperado, pero en la última década ha recibido regularmente la visita de couriers que entregan documentosjudiciales.

Ocurre que una federación que representa a 650 cervecerías del estado alemán de Baviera han iniciado acciones judiciales contra la compañía holandesa en los tribunales de Alemania, Italia yEspaña, tratando de usar las normas de la Unión Europea que protegen, por ejemplo, al jamón de Parma como producto italiano y al queso Feta como producto griego, para obligar a la firma holandesa aabandonar su marca.

Pero el tribunal superior de la UE, en Luxemburgo, que debía decidir si la protección geográfica concedida al concepto de cerveza bávara puede ser más fuerte que la protección a unamarca preexistente, dio un fallo la semana pasada y dispuso que, en principio, debe permitirse que la cervecería holandesa continúe usando la marca Bavaria pese a que la legislación de la UniónEuropea confiere a los cerveceros de la región del sur de Alemania los derechos exclusivos de la denominación cerveza bávara.

El Tribunal de Justicia Europeo concluyó que la ley de la UE que limita eluso comercial de los nombres geográficos ligados a los alimentos, como Champagne o Parmesano, se introdujo en la década de los ‘90 mientras la cervecería holandesa, que tiene 300 años de antigüedad,adoptó el nombre de Bavaria en 1928.

“Optaron por una solución de compromiso en la que ambas partes tienen derecho a coexistir y usar los derechos, mientras los terceros quedan afuera”, dijo Kirsten...