Magister
En el terreno de la filosofía, el siglo XVII suele considerarse como el inicio de la época moderna. El filósofo francés Descartes (1596-1650) inaugura una nueva filosofía que vendrá caracterizada por la prioridad concedida al sujeto cognoscente. Con ella pretende responder, por un lado, al vacío dejado por la crisis de los grandes sistemas depensamiento medieval y, por otro, al surgimiento en el Renacimiento de la nueva ciencia moderna.
La cautela con la que Descartes se enfrenta a esta reconstrucción del edificio del saber, se manifiesta en la atención que concede a la cuestión del método y en la duda provisional exigida por él. Como es de todos sabido, la primera verdad que escapa de la duda es el yo pienso ("cogito, ergo sum"). El sujetopensante se convierte así en el primer principio de su filosofía (filosofía de la subjetividad). El acceso a la realidad tendrá que apoyarse necesariamente en esa primera verdad. De aquí que con Descartes se inicie la actitud idealista, que problematiza las relaciones entre sujeto y objeto, pensamiento y realidad, ideas y cosas.
Frente a esta actitud, la filosofía antigua y medieval, en líneasgenerales, se mantenía en una postura realista: en términos aristotélicos diríamos que la realidad está formada por substancias, siendo el sujeto una de ellas; este sujeto, dotado de un intelecto activo, está en condiciones de penetrar y conocer la realidad en su esencia (ya Parménides se había referido a esta íntima relación entre ser y pensar).
Al final de la Edad Media, con la crisis de lossistemas escolásticos, sobre todo del tomista, propiciada por el voluntarismo de Duns Scoto y sus consecuencias nominalistas en G. de Ockham, esta postura clásica se invierte. El intelecto, ahora pasivo frente a una voluntad activa, es visto al modo "especular". El pensamiento no penetra la realidad, sino que la "representa". A partir de aquí está abierta la puerta a la duda: ¿las representaciones delpensamiento -ideas- se adecuan a la realidad? Sólo de una cosa podemos estar seguros de forma inmediata: de la realidad de nuestro propio pensamiento. Comienza la Edad Moderna, la filosofía de la subjetividad. Por ello, aunque Descartes recoja algunos elementos de la tradición agustiniana -también San Agustín había señalado que el que duda no puede dudar que existe y piensa-, la actitud de la queparte es completamente distinta y supone inaugurar una nueva tradición, en la que se establece el "yo pienso" como la realidad inmediatamente accesible a nuestro conocimiento.
¿Cómo salir desde este cogito a la "realidad"? Racionalismo y empirismo optan por caminos diferentes (aunque es común su punto de partida). El empirismo considera que la experiencia, tanto la interna como la externa, es elúnico puente válido; los conocimientos deben ser llevados a la experiencia, y por ello su teoría del conocimiento se convierte en una cuestión psicológica: ¿cómo se forman nuestras ideas, cuál es su origen?
El racionalismo concede a la razón, al margen de la experiencia, ese derecho, siguiendo el método científico ya iniciado por Galileo. La experiencia ejerce la labor de contrastación, pero antesla razón es quien opera.
Vemos, pues, como en la Época Moderna la pregunta por la realidad se convierte en la pregunta por la validez de nuestros conocimientos, es decir, por la validez de las ideas o representaciones del sujeto pensante. Detengámonos en la respuesta que dan a esta pregunta el racionalista René Descartes y el empirista Hume
El método cartesiano, inspirado en la matemática, exigeno aceptar como verdadero sino lo que se presente con evidencia (claridad y distinción) a la razón. Para hallar un punto de partida evidente, a partir del cual deducir otras verdades, Descartes plantea una duda metódica (radicalizada con la hipótesis del genio maligno o dios engañador). Hemos visto como el yo pienso se erige en esa primera verdad que escapa a la duda. Ahora bien, aunque el...
Regístrate para leer el documento completo.