Magister
Si no es esta vertiente, que la podemos llamar lo hago por amor, en el mundo político ha prevalecido la legalidad, por supuesto que utilizada también en el propio provecho. Hice lo que hice porque así lo manda nuestraconstitución, son las normas con las cuales nos regimos y no hay alternativa, tenemos que someternos. Por supuesto, y Uds. lo saben, siempre que lo diga la norma, como sea que la interpreto, y sobre todo si tengo poder, no admito por ningún motivo, que el otro posea una interpretación diferente, ni tampoco se le ocurra ni siquiera insinuar que lo que hago no es legal, el otro no tiene lugar para talintromisión. Otra forma de esconderme tras argumentos que me eximen de responsabilidad. Las consecuencias pueden ser cualesquiera, yo hice lo que las normas dictaban.
Tales posiciones como sujetos de la acción nos conducen a una absoluta irresponsabilidad y a tener como resultado a un mundo que cada vez se nos hace más aversivo porque se van rompiendo silenciosamente los lazos sociales, porque nocuidamos al otro en su alteridad, nos invade un malestar que no sabemos de donde proviene y nos sumerge en discusiones estériles sin poder comprender cuál es el centro o la causa necesaria y suficiente de esta locura colectiva, porque no hay verdadero diálogo, cada quien está encerrado en sí mismo, alimentando su narcisismo y menospreciando a los demás. Ya no hay en nuestro país un solo espaciosocial donde no invirtamos horas de fatigosas discusiones sobre lo que hizo el otro y lo que debemos estar haciendo nosotros. Es como que de repente todos nos convertimos en impositivos categóricos dictados desde afuera y no desde nuestra propia subjetividad. Como las cosas nos están saliendo mal y yo diría muy mal, en seguida buscamos a un chivo expiatorio contra quien descargar nuestrafrustración, que no es otra que la de no poder seguir con una vida regida por el placer, responsable del caos en el que estamos metidos. No pareciera haber reflexión seria en qué queremos como individuos y como colectivo.
Si nos adscribimos a una ética utilitaria, como la que creo impera en el mundo de hoy, se supone que debo saber qué quiero y utilizar las herramientas adecuadas para alcanzarlo. Debo tenermotivos, argumentos, deseos que me empujen a lograr mis fines. No sería cuestionable si no fuera porque desde esta concepción no considero a los demás en sus justificables medios de lograr lo mismo. Si me impiden mi camino los aparto y sigo sin renunciar a mis expectativas. Esto no sería lo más problemático como entes pertenecientes a un conglomerado, sino que aquello que se “supone quiero”proviene de un modelo que me marca el entorno, quiero ser famoso, quiero acumular fortunas, quiero ser el escogido por Dios. Como señalaba Freud, no tengo ni siquiera la virtud de crear mi propia neurosis, la copio de las existentes.
Estas posiciones éticas las considero Kant patológicas, es decir toda acción que estuviera decidida por los intereses, demandas o conveniencia. Y propuso una ética...
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