MAHIA ANTONELLA Y SU ODIO A LAS MALDITAS BICICLETAS

 MAHIA ANTONELLA Y SU ODIO A LAS MALDITAS BICICLETAS.
Pues miren, les vengo manejando lo que viene siendo una historia triste de la vida real, ¿verdad?
Todo comenzó cuando yo tenía ocho años, todosmis amigos imaginarios ya sabían andar en bicicleta pero yo no. Entonces me decidí a aprender. Honestamente no sé de dónde demonios salieron esas ganas por aprender a hacer algo productivo, en lugarde estar en mi cuarto, descuartizando barbies con para de puta. Mi padre fue el encargado de intentar enseñarme el arte de bicicletéar.
Y ahí estaba yo, subí al artefacto y comencé a pedalear en lacalle, llena de carros y motos. A veces pienso que mi padre ya lo tenía todo planeado. Mi padre dijo que no me soltaría, pero me soltó (traidor de porquería). Cuando me di cuenta de dicho acto, me girépara ver dónde estaba y cuando noté que me había soltado, me asusté, pero tenía esperanzas de poder hacerlo sola (Pero qué pendeja era, joder).Al principio todo iba bien, yo estaba muy concentrada en lo que hacía, aunque mis manos sudaran gracias a mis nervios, lo cualhacía que mis manos se deslizaran. De pronto vi al niño que tanto me atraía en ese entonces. Y bueno, ya que cuando lo veía me ponía medio idiota, pues lo miré con cara de idiota. Algo me dijo quetenía que saludarlo, porque si no lo hacía, sería grosero de mi parte, así que lo hice. Levanté mi mano izquierda para saludar, porque como dije: me ponía medio idiota. No para perder el control, sinoque, siempre que me ponía medio idiota saludaba con la izquierda. Y en eso venía un carro. Debidoa que no estaba familiarizada con los frenos presione el de enfrente, la rueda se detuvo en seco y salí propulsada hacia la chingada, mientras que el carro me decía bellas palabras que, obviamente...