Mal de escuela de pennac
hacer de Mal de escuela. Y muy diferentes –e incluso
contradictorias- las interpretaciones subsiguientes. De
hecho, es un libro que ha tenido un gran impacto social,
especialmente en los sectores más relacionados con la
educación. Casi todas las personas que lo leen coinciden
en algo: es un texto sincero, directo, que toca los
sentimientos. Ybello, con una lectura que seduce de
principio a fin del texto.
Se me ocurren –al menos- tres acercamientos
posibles a Mal de escuela: Como historia de vida, como
denuncia y como propuesta. Pero en todas las lecturas
hay un común denominador: los zoquetes:
-¿Otro libro sobre la escuela, pues? ¿No te parece
que ya hay bastantes?
-¡No sobre la escuela! Todo el mundo se ocupa
de la escuela,eterna querella entre antiguos y
modernos: sus programas, su papel social, sus
fines, la escuela de ayer, la de mañana… No, ¡un
libro sobre el zoquete! Sobre el dolor de no comprender y sus daños colaterales (pág. 21)
Como historia de vida, Mal de escuela nos cuenta la trayectoria personal del propio
autor (Daniel Pennachoni), cuyos fracasos escolares eran continuos y abarcaban todas las
áreasy asignaturas:
Cuando no era el último de la clase, era el penúltimo (¡Hurra!)…llevaba a casa unos
resultados tan lamentables que no eran compensados por la música, ni por el
deporte, ni, en definitiva, por actividad extraescolar alguna” (pág. 17).
La consciencia de ser un fracaso, lejos de ayudarle, le dificultaba aún más la
integración en nuevos cursos o actividades. Igualmente ocurría consu familia, que no podía
hacer otra cosa que lamentar la mala suerte de tener un hijo tan torpe para las tareas
escolares. También, en este texto autobiográfico, se nos narran pequeñas historias, un
sinfín de anécdotas e impresiones de Pennac en su devenir vital: sus tentaciones de
http://edrev.asu.edu/reviews/revs218 2
rebeldía, la costumbre de hacer dibujitos (monigotes) en las páginas desus cuadernos
escolares, hábito que aún conserva cuando firma dedicatorias en sus libros, la
desesperación de sus profesores y familiares,…
Si nos acercamos a Mal de escuela con otra óptica, entendiendo el texto como
denuncia, podemos comprobar cómo se va estableciendo un infernal círculo vicioso de
fracaso y marginalidad: las dificultades escolares van fraguando una personalidad insegura ydesalentada, que a su vez alimenta un alejamiento de cualquier reto intelectual, lo que
conduce a la apatía, la inhibición e, incluso, en algunos casos, a la rebeldía anti-sistema:
Tienen razón, soy nulo, nulo, nulo.
Soy una nulidad.
Ahora bien, en la sociedad donde vivimos, un adolescente instalado en la
convicción de su nulidad –y he aquí, al menos, algo que la experiencia vivida nos
habráenseñado- es una presa (pág. 70).
En opinión de Pennac, gran parte de los males que aquejan a la sociedad actual si
no se gestan en la escuela (y sus fracasos), se ven, al menos, acelerados por la misma. La
sensación de fracaso, de nulidad, de falta de autoestima de aquellos que son los últimos de
la clase, vivida en eternos años de escolaridad obligatoria dan como previsible resultadopersonas que se esconden en la mentira, en la violencia e –incluso-, en los casos más
extremos en el suicidio u otras formas de autodestrucción más retardada: consumo de
drogas, alcoholismo, delincuencia…
Pero en Mal de escuela no sólo encontramos una llamada de atención hacia el trato de
las instituciones escolares a los niños con especiales dificultades. También podemos
encontrar reflexiones yvivencias sobre aquellos profesores y profesoras que se lanzan al
agua, que se mojan para salvar a los fracasados:
Los profesores que me salvaron –y que hicieron de mí un profesor- no estaban
formados para hacerlo. No se preocuparon de los orígenes de mi incapacidad
escolar. No perdieron el tiempo buscando sus causas ni tampoco sermoneándome.
Eran adultos enfrentados a adolescentes en...
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