Mal De Escuela

Páginas: 30 (7472 palabras) Publicado: 17 de noviembre de 2012
V MAXIMILIEN O EL CULPABLE IDEAL
Los profes nos comen el tarro, señor.

1

Belleville, ocaso de invierno, cae la noche en la calle JulienLacroix, yo regreso a casa con la pipa en la boca y una bolsa de provisiones, soñando, cuando un tipo pegado a la pared me detiene dejando caer el brazo como si fuese la barrera de un aparcamiento. Pequeño brinco del corazón. —¡Dame fuego! Así, sin másmiramientos por los cuarenta años que nos separan. Es un mocetón alto de dieciocho o veinte años, negro, fortachón, que finge una falsa calma, seguro de sus músculos y de lo que desea: exige fuego, se lo dan, punto y final. Dejo mi bolsa de provisiones, saco el encendedor, tiendo la llama hacia su cigarrillo. Él inclina la cabeza, ahueca las mejillas al aspirar y me mira por primera vez por encima dela punta rojiza. Y cambio de actitud. Sus ojos se abren como platos, deja caer el brazo, se quita el cigarrillo de la boca y balbucea: —¡Oh, perdón, señor...! Una vacilación. —¿No es usted...? Usted escribe... Es usted escritor, ¿no? Yo podría decirme con un tembleque de gusto: Mira por dónde, un lector, pero un viejo instinto me susurra otra cosa: Caramba, un alumno, su profe de francés debe dedarle la lata con un Malaussène cualquiera; dentro de un segundo me pedirá que le eche una mano. —Sí, escribo libros, ¿por qué? —Y no falla. —Porque nuestra profe nos hace leer El hada... El hada... Bueno, sabe que en el título está la palabra «hada». —Habla de Belleville y de unas señoras viejas, y... —El hada carabina, sí. ¿Y qué? Y entonces vuelve a ser un mocoso que se enrosca el pelo en losdedos antes de hacer la pregunta decisiva: —Tenemos que entregar una explicación del texto. ¿No podría usted ayudarme un poco, decirme dos o tres cosas? Recupero mi bolsa de provisiones. —¿Has visto cómo me has pedido fuego? Turbación. —¿Querías darme miedo? Protesta: —¡No, señor, por la cabeza de mamá! —No pongas en peligro a tu madre. Querías darme miedo. —Me guardo mucho de decir que casi lo haconseguido—. Y no soy el primero del día. ¿A cuántas personas les has hablado hoy así?

—… —Solo que a mí me has reconocido, y ahora quieres que te ayude. Pero cuando no tienes que hacer los deberes sobre ellos, ¿cómo se las arregla la gente, con tu brazo cerrándoles el paso? Tienen miedo de ti y tú estás contento, ¿no es eso? —No, señor, vamos... —Sin embargo, conoces el respeto; es unapalabra que pronuncias cien veces al día, ¿verdad? ¿Acabas de faltarme al respeto y quieres que te ayude? —… —¿Cómo te llamas? —Max, señor. Lo completa enseguida: —¡Maximilien! Muy bien, Maximilien, acabas de perder una buena ocasión. Vivo allí, mira, justo allí, en la calle Lesage, en aquellas ventanas de allí arriba. Si me hubieras pedido fuego cortés mente, estaríamos ya allí y te ayudaría a hacerlos deberes. Pero ahora no, ni hablar. Último intento: —Vamos, señor... —La próxima vez, Maximilien, cuando hables a la gente con respeto, pero esta noche no; esta noche me has hecho enfadar.

2

Vuelvo a pensar a menudo en mi encuentro con Maximilien. Extraña experiencia, tanto para él como para mí. En un solo segundo pasé de estremecerme ante el bribón a romper la baraja ante el alumno. Él sehizo el duro para intimidar al bufón y luego palideció ante la estatua de Victor Hugo (en la calle Lesage de Belleville, entre los mocosos a quienes había visto crecer, algunos me llaman bromeando señor Hugo). Maximilien y yo tuvimos dos representaciones el uno del otro: el bribón a quien debía temer o el alumno a quien debía ayudar, el bufón a quien él debía intimidar o el escritor a quienrecurrir. Por fortuna, el fulgor de un mechero las mezcló. En un segundo fuimos a la vez el bribón y el alumno, el bufón y el novelista; la realidad ganó con ello en complejidad. Si nos hubiéramos quedado en el episodio del cigarrillo y Maximilien no me hubiera reconocido, yo habría regresado a casa avergonzado de haberme asustado un poco ante un chuleta de barrio y él habría estado encantado de...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • mal de escuela
  • Mal De Escuela
  • Mal de Escuela
  • Mal de escuela
  • mal de la escuela
  • mal de escuela
  • Mal De Escuela
  • Mal De Escuela

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS