Malas Lenguas
Llegar a dominar la lengua es una de las cosas más difíciles de la vida. De ahí el que la murmuración sea una plaga universal. "Todos ofendemos muchas veces"-dice Santiago-;y añade: "Ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado" (vrs. 2 y 3.
No cabe hacerse ilusiones sobre la supresión de la murmuración. Los términos absolutos queemplea Santiago no dejan lugar al optimismo: "Todos ofendemos". "Ningún hombre puede domar la lengua". El hombre y la murmuración parecen tan inseparables como el misterio y la poesía. "Si alguno noofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo" (vr. 2).
Las ideas del apóstol tienen un encadenamiento terrible, pero lógico. No hay quien sea incapaz de ofendercon la lengua; por lo mismo, la perfección humana tampoco es posible; y como consecuencia de la deformación moral que todos llevamos dentro, nuestra lengua se dispara y el resto del cuerpo resultaincontrolable. Al murmurado no le queda otra alternativa que armarse de paciencia y perdonar. Y para el murmurador -todos estamos incluidos- no hay otro escape más que el reconocimiento de su ignominia yel grito paulino de angustia: "Miserable de mi" (Romanos 7:24).
Lo que Santiago afirma sobre el tremendo poder destructivo de la lengua, lo ilustra a continuación con dos ejemplos. Uno es el de losanimales y las bestias. "Nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos todo su cuerpo" (vr. 3). Esto lo conseguimos. Al más indomable de los caballos, al potromás salvaje, le ponemos freno de hierro en la boca y dominamos el resto del cuerpo. Es más: "Toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por lanaturaleza humana" (vr. .
Santiago clasifica los animales en las cuatro categorías de Génesis 9:2. Dice que el poder del hombre ha conseguido domarlos a todos, esto es, dominarlos, vencerlos y...
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