Malestar docente. Los educadores necesiten un diván
LOS EDUCADORES NECESITAN UN DIVÁN
Kayse da Rocha
En la presente exposición trabajaremos el concepto del “malestar docente”,
en base a la publicación de la investigación hecha por J. M. Esteve (1994), El Malestar
Docente, y lo vincularemos con el texto de Freud (1955), El Malestar en la Cultura.
Para introducir esta relación advertimos los temas que desarrollaremos: yointerior y yo
exterior; sociedad e individuo; placer y dolor; religión, ciencia y arte; profesión y
vocación; felicidad y sufrimiento. Tomemos esta exposición como un llamamiento para
juntar la capacidad reflexiva, unir las distintas miradas con el objetivo de ampliar
nuestro horizonte en el plano educativo, para tratar o por lo menos aliviar los síntomas
tan comúnmente presente en los maestrosy profesores.
El padre del Psicoanálisis, Freud (1856-1950), comenzó sus estudios en una
búsqueda de tratamiento efectivo para los pacientes con síntomas histéricos y
neuróticos. Él afirmaba que la neurosis era causada por recuerdos o deseos reprimidos,
sugiriendo así – como tratamiento - la hipnosis, un método cuestionable, sin la
interferencia consciente del paciente en el procesoterapéutico. Pero ese método no fue
efectivo, ya que los síntomas volvían cuando la persona no estaba bajo el efecto
hipnótico. Freud abandona la hipnosis y empieza a tratar por la palabra, por la libre
asociación inspirada en los actos fallos, chistosos, sintomáticos y por medio de la
interpretación de los sueños, por donde el paciente manifiesta los contenidos
inconscientes reprimidos.
Empezaremosdefiniendo que existe una correspondencia entre el yo y el
ello, entre el interior y el exterior. Conforme la sugerencia de Freud, seguiremos en un
razonamiento para comprender esta relación y demarcación del yo frente al mundo
exterior. A principio, como lactantes, no estaríamos seguros de nuestra mismidad, no
sabríamos discernir nuestro propio yo del mundo exterior. Gradualmente aprendemos,por influencia de diversos estímulos y sensaciones, que somos individuos
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independientes, adquiriendo un sentido yoico, diferenciando el yo del ello, en una
relación de oposición entre el yo con lo que se encuentra afuera. “Para que el yo se
desprenda de la masa sensorial, esto es, para la aceptación de un ‘afuera’, de un mundo
exterior, lo dan las frecuentes, múltiple e inevitablessensaciones de dolor y
displacer…” (Freud, 1955. Pp 16). Surge entonces la tendencia de alejar del yo todo lo
que pueda convertirse en fuente de displacer, tenemos la necesidad de expulsar de sí
todo lo amenazante, tenemos la necesidad de abolir y evitar lo que causa dolor,
enfrentar un displacer como un no yo. “Gran parte de lo que no se quisiera abandonar
por su carácter placentero, no pertenecesin embargo al yo, sino a los objetos;
recíprocamente: muchos sufrimientos de los que uno pretende desembarazarse, resultan
ser inseparables del yo, de procedencia interna.” (Freud, 1955. Pp 16).
A través del
psicoanálisis se puede averiguar que esa demarcación de
límites entre el yo y el mundo exterior es mutable y que en realidad no somos uno, sino
muchos. No empezamos en nosotrosmismos ni terminamos en nosotros mismos.
Estamos enlazados a los otros. “Originalmente el yo lo incluye todo; luego, se
desprende de sí un mundo exterior. Nuestro actual sentido yoico no es, por
consiguiente, más que el residuo atrofiado de un sentimiento más amplio, de una
envergadura universal, que correspondía a una comunión más intima con el yo y el
mundo circundante.” (Freud, 1955. Pp 16).La sociedad está dentro de nosotros.
Mantenemos la identidad personal, pero tenemos la conciencia que no somos uno, que
no hay como disociar lo social con lo personal.
En este mismo marco Freud señala tres fuentes del sufrimiento humano: “la
supremacía de la naturaleza, la caducidad de nuestro propio cuerpo y la insuficiencia de
nuestros métodos para regular las relaciones humanas en la...
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