Mama
Pasan los días y pasa la vida. Dejamos de valorar las cosas que de pequeños nos encantaban. Ya no miramos cada noche a la luna, para ver si crece ono. Ya no buscamos estrellas que se mueven, de esas que resultan ser aviones. Ya no nos sorprende que el sol salga cada mañana. De hecho, ni nos sorprende que haya días en que apenas lo veamos,entrando a trabajar cuando aún está oscuro y saliendo cuando oscurece.
De pequeños caminamos a todas partes, corremos por la calle, somos almas incansables, somos eternos, interminables, tenemos el mundoen la palma de nuestras manos y nuestro cuerpo nos lleva prácticamente allí donde queremos, porque somos capaces, o nos creemos capaces.
Pero luego crecemos y a las limitaciones que nos imponen losdemás se suman todas las que nosotros nos inventamos, porque ahí dentro, en ese microespacio que hemos creado, dentro de esa coraza imaginaria que nos rodea, nos sentimos tranquilos y seguros. Nosalimos, porque allí tenemos el control. No salimos, porque nos da miedo errar. No salimos, porque tememos descubrir algo más.
Cuando la cosa empieza a enquistarse, cuando dejamos de evolucionar, es eseel momento en que más necesita una persona ayuda externa, y ese fue el momento en que decidí que debía llegar para ayudarte: cuando más me necesitabas.
Te escogí a ti, mamá, porque vi que empezabas aperder la alegría, porque la llama ardía, pero oscilaba demasiado con la mínima brisa, porque empecé a darme cuenta de que aún cuando estabas rodeada de gente, empezabas a sentirte sola. Te escogí a...
Regístrate para leer el documento completo.