Mambo moureno

LALO MORENO: TEMPLAR Y MANDAR

Faltaban dos ó tres minutos para que el primer cohete abriese el camino al encierro. Yo caminaba despacio, por el centro de la calle Estafeta buscando mi sitio. Ala altura de un portal trasero del hotel La Perla allí estaba, subido en la acera perfectamente vestido de blanco con su inconfundible pelo engominado, la faja corta, la camisa con las mangasrecogidas. Parecía que lo acababan de planchar y yo pensaba “Este se va arrimar a los toros”
Con gesto de tensión controlada destacaba entre la habitual fauna de la Estafeta que no sabe muy bien que eslo que va a hacer cuando llegan los bravos.
Después me enteré que se llamaba Lalo Moreno Arocena y que era novillero.
En la calle todo un maestro haciendo lo más difícil: aplicando el templar ymandar de los cánones de la tauromaquia al toreo a cuerpo limpio y sin muleta de la faena en la calle
En una carrera violenta y rápida como la del encierro de Pamplona lo más difícil es colocarse en lacara del toro y acompasar el ritmo del corredor al del animal salvaje.
Lalo se deslizaba por la manada dejándose caer por los lados de la carrera hasta encontrar las astas del toro con el que se ibaa medir.
Acostumbraba a correr llevando al toro con su cuerpo, la cabeza semigirada hacia atrás. A veces citando con el periódico, o apoyándose en los cabestros marcando el camino al burel con elcuerpo. Sin violencia, todo con suavidad , como si de una muleta se tratase. Como si hubiese que domeñar la velocidad del toro haciéndolo con esa difícil naturalidad que se les exige a los maestros enla arena. La naturalidad que consigue esconder el miedo.
Cuarenta, cincuenta, casi cien metros de sinfonía en la cara del toro y Lalo se retiraba a un lado para fundirse con la multitud que arropaal encierro en la calle Estafeta.
Cuando se quedaba un toro rezagado y suelto ahí estaba Lalo intentando conducirlo.
Aplicando la voz, el cite y siempre la distancia justa en función del motor...