Manifiesto

Manifiesto

No hay sólo una forma de conocer al mundo. La Ciencia (que no puede
ser sino Ciencia Positiva) ha asumido ese papel con cierto
absolutismo: desecha todo aquello que no puede serabsolutamente
contrastado mediante los sentidos. La Ciencia decreta, señala: allá
adelante está la meta, el camino es recto. La Ciencia, digo, tiene
orejeras como los caballos: pero yo prefiero mirar alos costados y
pensar que una recta no siempre es el camino más corto entre dos
puntos; y ni siquiera sé si la meta está al final de la recta: a lo
mejor está a mis lados, y a lo mejor ni sisiquiera hay meta. Hay otra
forma de experimentar el mundo, una forma mucho más ambigua, que no
tiene certezas, que no tiene la tranquilizadora certidumbre de lo
metódico ni la verdad filosa del acero;una forma donde casi todo es
nebulosa y donde se goza de la búsqueda en sí sin buscar nada en
particular; donde se da en el blanco casi sin querer, donde se rodea
al objeto y en el rodeo encontramosel placer.

Yo a la Fotografía la entiendo y la propongo como una cierta forma de
poesía japonesa, el Jaiku. Bashó, uno de sus principales exponentes,
define al Jaiku como "simplemente lo queestá sucediendo en este lugar
en este momento". El Jaiku no sentencia ni dictamina; no es una
filosofía, tampoco es una forma de vida; el Jaiku no propone
convertirse en árbitro de nada ni de nadiesino que simplemente
respira hondo y dice: "Mirá". Razón en la búsqueda y Emoción al
encontrar la resumen. Pongo como como ejemplo una fotografía que Cayetano Arcidácomo expuso en 1997 en laFotogalería del San Martín: la imagen de un arroyuelo
rodeado de juncos que se mecen al paso del agua. Imágenes similares se
han propuesto infinidad de veces, con grandes olas e imponentes
acantilados, comosi la sola exhuberancia del paisaje (golpe bajo)
cumpliera de hecho aquello que promete. Nada más vano que considerar
lo dado como un hecho consumado sin la posibilidad de la recreación a...