manifiesto
Creado en Lunes, 25 Agosto 2014 07:34
Escrito por Medófilo Medina,
La presencia de militares activos en la mesa de negociación significa que la
cosa es en serio. Un análisis histórico, político y jurídico sobre el sentido de
esta participación, la reacción del uribismo y el papel de las Fuerza Pública
en nuestra democracia.
Por Medófilo Medina*Un hecho decisivo
Le dijo el presidente Santos a Yamid Amat al comenzar el reportaje publicado en El
Tiempo del pasado 17 de agosto: “Oficiales activos del más alto nivel serán quienes
comiencen a dialogar con las FARC sobre el cese bilateral del fuego”.
El anuncio resultó sorprendente. No hubo tiempo para desmenuzar la sorpresa. Cinco días
después, el 22 de agosto, esos militares activosestaban sentados a puerta cerrada mirando a
los ojos a sus enemigos en los campos de la guerra, en la Mesa de La Habana.
Siempre he dicho que la paz se hará el día que el gobierno autorice al mando militar para hacer la paz o hacer la guerra.
La segunda figura del mando de las Fuerzas Militares preside la comisión. Hombre que ha
hecho la guerra en los escenarios reales, general Javier AlbertoFlórez Aristizabal, jefe del
Estado Mayor Conjunto.
Hoy la opinión conoce los nombres y rangos de los demás oficiales: los coroneles del
Ejército Vicente Sarmiento Vargas y Saúl Rojas Huertas, el capitán de fragata Ómar Cortés
Reyes, el teniente coronel de la Policía, Edwin Chavarro Rojas, el mayor de la Fuerza
Aérea Rodrigo Mezú Mina y la teniente de navío Juanita Millán Fernández. Todas lasarmas. Los acompañan en la subcomisión tres funcionarios civiles.
El grupo estará coordinado por los generales (R) Jorge Enrique Mora y Óscar Naranjo,
plenipotenciarios del gobierno nacional para el proceso de negociación. Estos últimos no
fueron sacados de antiguas reservas, son oficiales retirados pero con vínculos efectivos y
con prestigio reconocido dentro de la Fuerza Pública.
Lasdeclaraciones a la salida de la sesión donde se estrenó la subcomisión de los militares
activos fueron al tiempo lacónicas y positivas.
De la guerra a la paz
Desde los tiempos del proceso de paz de la Uribe en la primera mitad de los
ochenta, cualquiera que analizara aquellas negociaciones tenía que concluir que el factor
negativo clave fue la oposición de las instituciones armadas del Estado.Lo digo como una
constatación empírica. Es cierto que la posición de las Fuerzas Armadas debe situarse en el
contexto de otros factores, como las reticencias de los empresarios y los partidos políticos,
o la incomprensión por parte de las FARC acerca de valor que tenía en aquel momento
la apuesta por la paz para el futuro de Colombia.
En mi caso esa visión resultó afianzada en el curso de doslargas entrevistas que me
concedió el general Fernando Landazábal Reyes a mediados de febrero de 1998(1) , dos
meses antes de que el ministro de Defensa de Belisario Betancur cayera víctima de las balas
de sicarios. Reproduzco dos fragmentos de la exposición de Landazábal: “Por esas
propuestas de paz no se ha podido lograr nada, porque los dos elementos fundamentales, los
alzados en armas yquienes los combaten no han sido tenidos en cuenta en forma debida”.
Habría que decir que estas apreciaciones tenían una evidente dimensión autocrítica, por
cuanto el general había hecho pública su hostilidad hacia la política de paz del presidente
Betancur.
Señaló además Landazábal: “Siempre he dicho que la paz se hará el día que el gobierno
autorice al mando militar para hacer la paz ohacer la guerra, cuando la guerrilla sepa que la
paz depende del mando militar. Entonces cuando se converse, la guerrilla sabe que el
mando militar no la traiciona y que lo propuesto y aceptado se le va a cumplir”
Ya en febrero de 1986, en sendas entrevistas, yo había podido oír de labios de los
comandantes de las FARC Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas sobre la
conveniencia que tendrían...
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