mannini

Mannoni
La llegada de un hijo enfermo, llamado desde el principio irrecuperable, con un diagnóstico definitivo y por tanto en camino a ser un día huésped de un asilo, hace que los padres haganrevisar cien veces el diagnostico de tal modo que el bebe se convertirá en concurrente asiduo de los consultorios médicos. La relación madre-hijo tendrá siempre un trasfondo de muerte que la mas de lasveces puede ser consciente y otras veces no pero las ideas de muerte siempre están. La aceptación puede llegar a ser un deseo de suicidio ya que este niño es su propia condena de muerte. La madre va avivir en contra de los médicos pero a su vez va a buscar su apoyo. Ira de consulta en consulta deseando que sus preguntas jamás tengan respuestas.
En la mayoría de los casos son las madres las querechazan la prueba de psicoterapia que se le proponga y opta por dejar al niño encerrado en un habitación. Los padres no se sienten con el derecho a ser tratados como interlocutores válidos y cuandose los involucran reaccionan con episodios depresivos o persecutorios. Si un padre acepta con serenidad la enfermedad de su hijo es casi siempre precio de una enorme culpabilidad. La madre se sientehasta tal punto comprometida con el niño que le es difícil renunciar.
Para el niño débil mental la situación es diferente. El retardo no es siempre percibido de entrada, no se presenta como fataldesde el comienzo, es descubierta casi en forma accidental, en ocasión de una consulta médica. En el consultorio del pediatra sucede que una madre acude por malestares de hígado, estomago, síntomasque no son mas que manifestaciones de angustia que se traduce en enfermedad. La intervención resulta aquí como receptor de la perturbación materna y permite la recuperación de las relaciones normalesmadre-hijo. Se consulta por un síntoma que alcanza dimensiones de real gravedad.
Se llama débil mental aquel niño que su coeficiente intelectual se escalona entre 50 y 80 y que no manifiesta...