manual de homiletica
Manual de Homilética
por Samuel Vila1
INTRODUCCIÓN
Por muchos años hemos sentido en los países de habla española la necesidad de un
libro que enseñara a los jóvenes creyentes que desean tomar parte en el ministerio de la
Palabra el modo de preparar y ordenar un sermón. El buen deseo de testificar de las
verdades del Evangelio, la misma piedad o elfervor religioso, con ser virtudes
indispensables para la predicación eficaz, no son suficientes. Es necesario presentar las
verdades evangélicas, sobre todo a los nuevos oyentes, de un modo claro y lógico, que
persuada sin fatigar las mentes. Para ello se necesita orden, disposición y clara enunciación
de la plática o sermón.
Es cierto que el Espíritu Santo ha usado a veces para realizar su obrade salvación
sermones muy deficientes, carentes de lógica y débiles en argumentación. Tal es el caso del
sencillo sermón que ganó al que después fue famoso predicador Spurgeon. Pero éstos son
casos excepcionales, en los cuales Dios ha querido llenar por una manifestación especial de
su gracia lo que faltaba al instrumento humano: Tales ejemplos no son, sin embargo, motivo
alguno paramenospreciar el arte de la Homilética, pues la preparación de sermones es un
verdadero arte que requiere estudio y adiestramiento, con la particularidad de que, por
moverse en la más alta esfera de la vida humana, merece más que cualquier otro arte tal
trabajo y esfuerzo.
La cuidadosa preparación del sermón no es, empero, suficiente sin el poder o fuego
del Espíritu Santo, que no siempre es el fuegodel entusiasmo humano que se expresa con
enérgicos gestos y grandes gritos, sino aquella unción de lo Alto que da al sermón ese algo
inexplicable que no se adquiere por medios humanos pero lleva a los corazones de los
oyentes la impresión de que el mensaje es de Dios, porque es Dios mismo revelándose al
corazón del que escucha la Palabra. Si ambas cosas vienen unidas en el sermón, elpredicador no podrá menos que ver de su siembra espiritual abundantes frutos para vida
eterna.
Hay que evitar ambos extremos. El predicador que descuida la preparación de
sermones, confiando imprudentemente en la inspiración divina, se encontrará
frecuentemente con que no tendrá mensaje alguno para dar, y tendrá que sustituir
rápidamente la falta de inspiración por una charla sin sentido que cansaráa sus oyentes,
pues el Espíritu Santo no suele otorgar premio a la holganza. Y el predicador que sólo confía
en su arte y en sus cuartillas bien escritas, puede hallarse falto de la unción santa y
descubrir con sorpresa que su palabra no llega a los corazones.
Por esto el autor, desde los días de su llamamiento al Ministerio hace 38 años, ha
sentido la falta de un buen Manual de Homilética enlengua española, y más de una vez
hablando con otros pastores ha expresado su extrañeza de que alguien bien capacitado para
la tarea no lo haya dado a luz durante todo este tiempo.
No podemos menos que recordar el afán con que devorábamos el brevísimo librito
Ayuda del predicador, del Dr. Enrique Lund, y más tarde en la Revista Homilética la sección
«Consejos», del mismo tutor, en aquellosdías de nuestra adolescencia, cuando todavía no
teníamos acceso a la literatura escrita en lengua extranjera.
Más tarde, vimos con gozo la publicación del libro Tratado sobre la predicación, del
Dr. Broadus. Pero la mejor obra escrita para un ambiente extranjero no responde
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http://www.seminarioabierto.com/homiletica01.htm
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Samuel Vila – Manuel de Homilética
plenamente alas necesidades del predicador de habla hispana; sobre todo para el que no ha
tenido el privilegio de pisar las aulas de un Seminario o Colegio Bíblico. A la obra de
Broadus, con ser interesantísima como exposición teórica, le faltan ejemplos prácticos,
bosquejos, con los cuales el profesor en el Seminario suele demostrar a los alumnos sobre la
pizarra la aplicación práctica de los...
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