manuel orwell
CAE LA NOCHE TROPICAL
CAE LA NOCHE TROPICAL
MANUEL PUIG
CAE LA NOCHE
TROPICAL
CAPITULO UNO
—Qué tristeza da a esta hora ¿por qué será?
—Es esa melancolía de la tarde que va oscureciendo, Nidia. Lo mejor
es ponerse a hacer algo, y estar muy ocupada a esta hora. Ya después a la
noche es otra cosa, se va esa sensación.
—Sobre todo si se puede dormir bien. Y asíno se piensa en las cosas
terribles que ocurrieron.
—Vos tienés esa suerte, no sabés lo que ayuda. Al no poder agarrar el
sueño es cuando se me empieza a pasar todo lo más espantoso por la cabeza.
Si no fuera por las dichosas pastillas yo no podría haber aguantado todo este
tiempo.
—No te quejes, Luci, que vos no tuviste una desgracia como la mía.
—Ya sé. Pero no me la he llevado de arribatampoco, Nidia.
—Cuando murió mamá pasaba lo mismo, ¿te acordás?, a esta hora
volvía el recuerdo más fuerte que nunca.
—Acordarnos de ella nos acordábamos siempre, lo primero que yo
pensaba cuando me despertaba era que mamá no estaba más. Lo que se
sentía a esta hora, más que nunca, era la falta de ella. Pero en ese entonces
con tanto que hacer no se pensaba como ahora, nada más que en cosastristes. Con tantas obligaciones que teníamos, era eso.
—Preparar algo de comer.
—Y esa gran responsabilidad de los chicos. De sacarlos a flote, Nidia.
—Y que después pueda pasar algo así, que te arranquen lo que más
querés.
—Los que son creyentes tienen ese consuelo. Pero una no se puede
engañar, no hay manera. Es una gran cosa, esa fe. Realmente yo se la
envidió al que la tiene.
—Sí,Luci. Yo también se la envidio.
—Esa gente ignorante tiene muchas ventajas, que puedan consolarse
así. Una no puede engañarse, ve la vida como es.
—Cuando murió Pepe fue distinto, yo quedé como atontada. Y lloraba
y lloraba, todo el día. Pero esta vez fue tan distinto.
—El marido es una cosa, una hija otra, Nidia. Tu hija. Qué cosas que
pasan, tan terribles.
—Luci, no quiero estar adentro,salgamos a dar una vuelta.
—Imposible, se está por largar a llover.
—Luci, no me contaste de la de al lado, ¿por qué no habrá venido
más?
—Será porque llegaste vos. Ella venía sobre todo para desahogarse,
pero delante tuyo no se animará.
—Y es una persona joven, buscará más la compañía de su edad.
—¿Por qué decís eso? ¡No!, ella venía muy seguido, una se da cuenta
cuando alguien vienecon ganas o no. A mí al principio no me caía bien,
después me fui acostumbrando. Porque es agradable, dentro de su
modalidad, ¿a vos qué te pareció?
—Mirá, Luci, a mí me pareció rara, pero no mala. Aunque ella pone
una distancia, ¿con vos es así también? A lo mejor es conmigo sola.
—Yo creo que con vos hubo choque porque no sabía que estabas, y
venía a contarme sus cosas y cuando te vio nopudo.
—Y por eso no vino más, Luci. Con la que quiere hablar es con vos,
para desahogarse un poco.
—Mirá, Nidia, lo que se había ilusionado esta mujer fue algo
increíble, estaba convencida de que él también la quería.
—Pero no es una chica, ya debe saber lo que son esas cosas, ¿te
confesó alguna vez la edad?
—No, pero por la edad del hijo y si ella estudió antes de casarse, y se
recibió de loque se recibió, no puede tener menos de unos cuarenta y cinco.
—Casi la edad de Emilsen.
—¿Cuántos hubiese cumplido en agosto?
—Cuarenta y ocho años, Luci.
—Qué infamia.
—Así es...
—Pero te queda tu hijo que te adora.
—Pobre Nene. Él es un pan de Dios, pero una hija es otra cosa, Luci.
Vos no lo podés saber.
—Sos loca decirle Nene todavía, un hombre de cincuenta años.
—Me sale así.Siempre le dijimos Nene.
—Ya hay que prender la luz. Me dan tristeza las casas con luz
mortecina, no sé si notaste que las casas de viejos solos tienen siempre poca
luz. Por eso a mí me gusta tener todo bien iluminado. ¿Nunca te fijaste en
eso?
—¿Enciendo ésta también?
—Sí, que no parezca casa de viejos.
—¿Y cómo fue que lo conoció al tipo?
—Ya te conté que ella había estado bastante...
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