MANUEL Y TIBURÓN DE COLAN

MANUEL Y EL TIBURÓN DE COLAN
En el hermoso balneario de Colán, de mar azul esmeralda, arenas claras y pobladas de palmeras y cocoteros, allí vivía Manuel, un humilde hombre que diariamente se encargaba de cuidar y limpiar los barcos que servían como turismo en esa cálida playa.
Ahora bien, Manuel tenía una deuda pendiente con don Simón, dueño de muchos hoteles de la zona, pues unavez le prestó una gran suma de dinero para la construcción de su casa, mas como en aquel tiempo ocurrió la llamada “corriente del niño”, y como la casa de Manuel estaba cerca de una cuesta, Manuel perdió todo lo que poseía pues las lluvias arrasaron con su casa.
Simón le dio un plazo determinado para saldar la deuda, mas el tiempo pasó y Manuel no le pagó. Un día don Simón se acercó a Manuel yle dijo:
- ¿Hasta cuándo te voy a esperar por mi dinero?
- Hombre –dijo Manuel- espérame unos meses más, te estoy ajuntando el dinero, por eso estoy viviendo en los barcos y hasta mi esposa la he mandado con mis suegros.
Ahora bien, pasaron los meses y Manuel no le entregó dinero alguno a Simón. Una vez, en los días de festividad de San Pedro y San Pablo, en donde todos lospescadores y residentes del lugar celebraban su día, Manuel cuidaba los barcos muy solitarios. Ocurrió entonces que unos hombres llegaron allí y empezaron a golpearlo. Manuel herido, gritaba por auxilio, pero como no había gente, pues todos estaban en la fiesta, nadie lo escuchaba, mas uno de los malhechores le dijo en tono burlesco:
- Nadie vendrá. Te lo mereces por tramposo, por no pagar tusdeudas.
Reaccionando Manuel que era por la deuda de don Simón, les dijo:
- Por favor, díganle que si le pagaré a fin de mes todo.
- No te preocupes –dijo el hombre- Dice que con lo pasarás, te absolverá de toda deuda.
Así que los hombres llevaron a Manuel en un bote a un lugar muy lejos de la orilla, allá lo ataron de manos y pies a una roca y lo arrojaron al agua desde elbote. Pronto Manuel se fue hundiendo al fondo del agua, mientras los hombres se alejaron en seguida del lugar.








Ahora bien, al llegar abajo Manuel se sorprendió, pues llegó a caer justo en un cofre lleno de tesoros. Sin embargo, al instante apareció un tiburón queriéndolo devorar, pero Manuel le dijo:
- ¡Detente tiburón! ¿No sabes cuánta fortuna hay en estas joyas?
-¡Y eso a mí que me importa! -dijo el tiburón- Si estoy que me muero de hambre.
- ¡No seas tonto! –dijo Manuel- Si tú no me comes y me liberas, te prometo comprarte cuantioso alimento a diario con esto.
- Pero, qué hay si mientes, yo no voy a ir a tierra a reclamarte.
- ¡Caro que no! ¿Cómo crees que me voy a olvidar a quien me salvó la vida? Solo espera mañana en el muelle y verás.- Bueno, voy a creer en ti y espero que cumplas.
Creyendo en sus palabras el tiburón, lo arrancó de las sogas y lo condujo hacia la orilla.
Al día siguiente Manuel vendió el tesoro haciéndose muy rico, a tal grado de olvidarse del hambriento tiburón, es más compró muchos barcos de turismo y pesca y con ellos mandó a cazar enormes peces y el tiburón muchas veces huyó de suspescadores.
Ahora, Manuel ya no era más el limpiador y cuidador de barcos, ahora era el dueño de ellos, también compró una lujosa casa en la zona y otra para sus suegros. Éste ya era un hombre muy popular en Colán pues todos se sorprendían de su cambio de vida tan radical.
Un día llegaron a casa del Manuel los hombres que una vez lo arrojaron al mar y le reclamaron la deuda que tenía pendientecon don Simón, en tanto Manuel les dijo:
- ¿No dijeron que al arrojarme al mar me libraría de toda deuda?
Vergonzosos los hombres no dijeron más, mas antes de partir uno de ellos le dijo:
- Cómo es posible que te hayas salvado y peor aún, si eras un muerto de hambre, ¿cómo es que te hiciste rico?
Ante tal pregunta Manuel recordó al tiburón y se entristeció por ello....