Maras o pandillas

¿Qué decimos cuando decimos “mara”?

Mario Zúñiga Núñez[1]

Quiero agradecer de corazón a los y las participantes del Taller Socioteológico Pastoral organizado por el DEI en 2009 quienes enriquecieron estas ideas con sus críticas, sus preguntas y los trabajos en sus comunidades.

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Hacemos nacer y reproducimos las palabras en nuestras interacciones cotidianas, nuestra historia social ynuestras vidas. Cuando hablamos con cualquier persona utilizamos un sistema complejo de palabras que explican nuestra vida, pero también nos permiten verla con distancia y transformarla. Es el lenguaje complejo que desarrollamos los humanos, lo que nos permite comunicar nuestro mundo, al tiempo que lo transformamos. En cada palabra reside el mundo en el que vivimos (sus instituciones, su sistemaeconómico, su política, su desesperanza y las alternativas), y a la vez ese mundo es posible gracias a las palabras que usamos para nombrarlo. Pese a la importancia de la historia de las palabras, la olvidamos comúnmente y tendemos a pensar que “siempre estuvieron allí” o que son “naturales”. Debemos ir contra esta tendencia y revisar críticamente nuestras palabras.

Desde este punto de partidapodemos entender que el uso que hacemos de las palabras tiene que ver necesariamente con nuestra ubicación en una sociedad (en una clase social, una edad, un género, etc). Las palabras se utilizan históricamente, e incluso, muchas veces la misma palabra, es utilizada de forma diferente en contextos sociales diferentes[2]. Por ejemplo, cuando llegué a El Salvador a hacer la investigación sobrepandillas hablé con una persona acomodada que vivía en la colonia Escalón y me dijo a modo de chiste que a Soyapango (una periferia urbana empobrecida de San Salvador muy castigada por la violencia de pandillas) se le decía Soyajevo; haciendo una equiparación con Sarajevo (capital de Bosnia y Herzegovina castigada por la “Guerra de los Balcanes” entre 1992-1995). Tiempo después visité a un amigo quevive allí y me referí a su colonia como Soyajevo. Cuando nombré la palabra me hizo una cara de descontento y me corrigió con firmeza: ¡aquí se llama Soyapango! Evidentemente le había ofendido por la equiparación de su colonia con una zona de guerra. Me avergoncé mucho por haber reproducido ese estereotipo de una clase social, y de paso, me di cuenta de que la misma palabra, pronunciada por dospersonas, en dos lugares diferentes de la estructura social, puede significar cosas distintas.

“Mara” o “pandilla” son palabras creadas y recreadas en el complejo lenguaje centroamericano. Nombran nuestro mundo y al mismo tiempo lo reproducen, pero ¿cuánta conciencia tenemos de lo que queremos decir cuando nombramos estas palabras? Tal vez muy poca. Conviene por eso adentrarnos en el uso histórico delos términos y hacer un ejercicio de discernimiento crítico: ¿Qué decimos cuando decimos “mara”?

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Para conocer un poco más sobre los grupos de jóvenes denominados “pandillas” o “maras”, es conveniente historizar y discernir entre estas palabras que se han difundido tan masivamente en los últimos años.

Buena parte de los estudios centroamericanos sobre pandillas reproduce pasivamente unahistoria de la palabra “mara” que dice más o menos así: el término “mara” nace de la equiparación entre los colectivos de jóvenes con un tipo de hormiga denominada “marabunda” (o marabunta) y conocida por su inmenso potencial expansivo y destructivo de las cosechas. Según esta leyenda, la palabra llegó a Centroamérica mediante una película que tenía a estas hormigas como protagonistas.

Enversiones más o menos sofisticadas esta información se reproduce una y otra vez, a tal grado, que uno comienza a sospechar. ¿Cómo es que una película impuso una palabra de utilización tan masiva?, y si la película trajo la palabra y esta funciona para describir a las malévolas “maras” ¿Porqué hay tantos otros colectivos no delictivos que se autodenominan “maras”? ¿Porqué esa recurrencia a equiparar...