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Cultura

Sábato y el “Informe sobre ciegos”
Por el Dr. Hugo Acosta

Una interpretación sobre el oscurantismo sabatiano y los males de la ceguera del hombre moderno.

S

i hay un escritor que ha logrado descender a los infiernos regresando ileso para contarlo, si existe un Dante en
nuestra literatura, no es otro que
Ernesto Sábato. A través de un
alucinante y no menos tenebroso
portalcompuesto por ciegos y tinieblas, por cavernas, por criaturas y alimañas de la noche, por
pasajes subterráneos, por monstruosas pesadillas y perversiones,
Sábato accede a los inextricables
dominios de las “potencias infernales”. Pocos escritores han podido interpelar tan vastas y abominables regiones sin perderse,
sin caer en la locura o el suicidio. Sábato es uno de ellos y sus
más oscurasobsesiones cobran
existencia, una terrible existencia, en –a mi parecer– el más celebrado capítulo de su novela
Sobre héroes y tumbas: “Informe
sobre ciegos”.
Nadie que haya leído el Informe... ha podido evitar una especie de pavura, o al menos cierto recelo, al cruzarse con algún
ciego en el subterráneo. Tan fatídicamente convincente resulta
la crónica de Fernando Vidal Olmos. Con un poderde razonamiento lógico que alcanza niveles de paroxismo, propio de una
inteligencia científica –pues no
olvidemos que Sábato es un hombre salido de las ciencias duras y
que antes de abocarse de lleno a

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octubre 2005

MO

la literatura se desempeñó como físico en el mismísimo
Instituto Curie, de París–, este cínico, desesperado y por
momentos siniestro personaje sabatianoconstruye su
informe contemplando en sus fundamentos todo tipo de
variables, aún las más inverosímiles, con tal genio persuasivo que el lector acaba sugestionado con una delirante posibilidad: la Secta Sagrada de los Ciegos ejerce
el gobierno del mal sobre la tierra.
Personaje logrado, psicológicamente arduo, Vidal Olmos dispara sus balas contra las instituciones, las mujeres y la gente común, contrala ciencia y la tecnología,
siempre irónico, con ideas extremas, desplegando un cinismo inquietante, cuando no perturbador. Debatiéndose en una atmósfera de caos y desesperanza, el singular
discurso de este paranoico cobra, sobre todo hacia el final del Informe, un tono alucinatorio y apocalíptico. Y
es en este apocalíptico estrato alucinatorio, en este genial onirismo que precede el final dela crónica, que
puede apreciarse a un Sábato casi surrealista o surrealista, nunca del todo reconocido.
Con respecto de los ciegos “...que, cosa natural,
abundan en los subterráneos, por esa condición que los
emparenta con los animales de sangre fría y piel resbaladiza que habitan en cuevas, cavernas, sótanos,
viejos pasadizos...”, Sábato fatiga recursos para lograr
convertirlos –en voz deVidal Olmos– en una raza peligrosa y maligna; y, ¡vaya si lo consigue! Incursionando
con esa sordidez que le es propia, el escritor explora y
explota, distorsionando y mistificando, el submundo de
los ciegos. Narrando hechos, si no espeluznantes, por lo
menos capaces de afectar la sensibilidad del lector ingenuo o desprevenido.
Y así como aquello cuya presencia y cercanía tememos, pero sinembargo, sumidos por un extraño y poderoso mecanismo psicológico, no podemos evitar que
nos atraiga, tal vez por el mismo mecanismo que obliga
a alguien que siente terror por las alturas acercarse al
borde de una cornisa para contemplar el abismo, así
también, Sábato, acaso ante una recurrente obsesión por
la ceguera, elige sumergirse en una especie de pesadilla
literaria signada de ciegos ytinieblas; a modo de exorcismo, quizás. El hombre que formaba parte de lo mejor
de la élite científica de este país, abandona y desdeña de
pronto el cobijo luminoso que la ciencia le ofrecía, eligiendo recorrer, solitario, el camino incierto de la creación literaria; camino que Sábato recorre de la única
manera que puede hacerlo, partiendo desde lo más sór-

dido y oscuro de su ser, para...