Marcuse Cultura Afirmativa
Cultura Afirmativa:
En la primera parte del artículo, Marcuse detecta que en el discurso aristotélico que separa lo funcional y necesario de lo bello y placentero, se deja libre el campo para la materialidad de la praxis burguesa, por un lado, y de la satisfacción de la felicidad, por el otro. De acuerdo con la filosofía aristotélica, todos y cada uno de los diferentes conocimientosestán referidos a la praxis, aunque ordenados “según una escala de valores que se extiende desde el saber funcional de las cosas necesarias para la vida cotidiana hasta el conocimiento filosófico que no tiene ningún fin fuera de sí mismo, sino que se lo cultiva por sí mismo y es el que ha de proporcionar la mayor felicidad a los hombres”.
El autor alemán destaca que en esta separación —entre elmundo de los sentidos y el de las ideas, entre sensibilidad y razón— se esconde la defensa de una reprochable condición existencial y se pone de manifiesto una despreocupación idealista por aquello relacionado con los procesos materiales.
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Ahora bien, la distinción reseñada es lo que permite a Marcuse hablar de una cultura afirmativa, una de las aproximaciones conceptuales más conocidas de lasesgrimidas por el autor alemán. Entiende por aquélla a la “cultura que pertenece a la época burguesa y que a lo largo de su propio desarrollo ha conducido a la separación del mundo anímico-espiritual, en tanto reino independiente de los valores, de la civilización, colocando a aquél por encima de ésta. Su característica fundamental es la afirmación de un mundo valioso, obligatorio para todos, queha de ser afirmado incondicionalmente y que es eternamente superior, esencialmente diferente del mundo real de la lucha cotidiana por la existencia, pero que todo individuo ‘desde su interioridad’ sin modificar aquella situación fáctica, puede realizar por sí mismo”.
En este sentido, puede afirmarse que “se elabora entonces un concepto falso de cultura como patrimonio de un colectivo homogéneo.Tal operación ideológica lleva a proclamar la existencia de una cultura ‘germana’, ‘latina’, calificaciones que tienden a borrar diferencias vinculadas a las relaciones materiales de existencia”.
Ante una angustiante condición material de existencia, la cultura debe hacerse cargo de la pretensión de felicidad de los individuos. La búsqueda de un mundo mejor, de un mundo más noble, no ha dellegar mediante la transformación del mundo material, sino que debe acontecer en el alma del individuo. “La cultura ha de dignificar lo ya dado, y no sustituirlo por algo nuevo”.
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Retornando a la obra bajo examen, es importante destacar que Marcuse dedica varios espacios de reflexión a la noción de alma, y a cómo en ella trabajará la cultura afirmativa. Destaca cómo se ha producido un sometimientode los sentidos al dominio del alma, situación que se refleja en la noción burguesa de amor que, a través de la exigencia de fidelidad —que parte del alma—, condiciona los sentidos
Además, asevera que la promesa de una felicidad suprasensible esconde la verdadera posibilidad de crear condiciones de existencia material que posibiliten una felicidad real.
Según Marcuse, el arte es capaz desacarnos de la vida diaria, nos hace ver la realidad de otra forma porque nos coloca en otra posición. Sin embargo, el arte está distanciado, pero no separado de la realidad porque está mercantilizado, por lo tanto, no se puede utilizar como medio de evasión porque está bajo el control de la clase dominante, como el resto de los ámbitos de la sociedad.
Bajo cultura afirmativa se entiende aquellacultura que pertenece a la época burguesa y que a lo largo de su propio desarrollo ha conducido a la separación del mundo anímico-espiritual, en tanto reino independiente de los valores, de la civilización, colocando a aquél por encima de ésta. Su característica fundamental es la afirmación de un mundo valioso, obligatorio para todos, que ha de ser afirmado incondicionalmente y que es eternamente...
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