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Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), hoy en día aproximadamente 150 millones de personas en todo el mundo utilizan el cannabis por sus efectos psicoactivos. Dudo que este número estimadosea correcto – el número real es probablemente mucho más alto – pero dejémoslo así por ahora. Algunos de estos usuarios valoran las diferentes variedades de cannabis por sus respectivas propiedadespsicotrópicas, mientras que otros prefieren las variedades adecuadas para diferentes fines medicinales. La gran mayoría de las personas que consumen cannabis tienen que obtenerlo ilegalmente debido alas leyes de prohibición de la marihuana existentes en la mayoría de los países. Una gran parte del cannabis que se vende en el mercado negro ha sido producido en condiciones desfavorables, cultivadoexclusivamente con fines lucrativos, y finalmente vendido al consumidor sin controles de calidad de ningún tipo.
A menudo los consumidores no saben exactamente qué tipo de cannabis están utilizando –si esIndica o Sativa, qué tipo de híbrido es, o ni siquiera saben el nombre de la variedad. Tampoco saben cómo se ha producido ni almacenado la marihuana que compran, si los cultivadores han utilizadofertilizantes químicos o biológicos, si se abstenían de usar pesticidas, es decir, no saben nada sobre su procedencia. Un mercado ilegal por lo general no permite mucha transparencia.
Esto tambiénsignifica que hay millones de consumidores de cannabis en todo el mundo que tienen millones de anécdotas e historias que contar acerca de los efectos de la marihuana – pero la mayoría de estos usuariosson incapaces de dar detalles precisos sobre a qué plantas pertenecían las flores que consumieron, o las condiciones bajo las que estas plantas fueron producidas. No sólo es prácticamente imposibleencontrar esta información en un mercado ilegal, sino que además la prohibición se basa en una campaña de desinformación sobre la marihuana que ha contribuido a generar un cierto tabú en torno a su...