Maria Acaso
En nuestra sociedad las imágenes dominan el panorama comunicativo.
Pese a este hecho, sigue primando la idea de que las imágenes sólo sirven
para producir placer, en detrimento de su capacidad para crear conocimiento.
Derivado de este factor se tiende a clasificar las representaciones creadas a través del lenguaje visual en dos grandes grupos: por una lado las que tienen
como objeto producir placer visual y por otro lado, practicamente todas las
demás imágenes. Esta clasificación ha llevado también a una división entre
“imágenes de primera” e “imágenes de segunda”.
En este libro, Maria Acaso trata de hacer una reflexión sobre dos
cuestiones básicas. La primera es la necesidad de tomar conciencia de que el lenguaje visual es algo cotidiano, que nos rodea y con lo que entramos en
contacto todos los días de nuestra vida, siendo las imágenes al lenguaje visual
lo que las palabras al lenguaje escrito: sus unidades de representación. Si se
entienden las representaciones visuales como algo cotidiano, no sólo
desaparece la barrera entre la clasificación citada, sino que las consideradas como “imágenes de segunda” pasan a tener más importancia en nuestras vidas
que las que consideramos “de primera”.
En un segundo lugar, el lector es invitado a considerar que a través del
lenguaje visual se transmite conocimiento, es decir, que la imagen es un
vehículo que “alguien“ utiliza para “algo”. Solemos tener un concepto idealizado
de las imágenes, las entendemos como superficies inocentes, como sistemas neutros. En este libro, la autora pretende hacer ver que mediante el uso del
lenguaje visual se transmiten mensajes muy concretos.
Cualquier persona que viva en una sociedad dominada por los medios
de comunicación icónica debería saber:
1. Qué es el lenguaje visual
El lenguaje visual contribuye a que formemos nuestras ideas sobre
cómo es el mundo, ya que a través de él absorbemos y creamos información, un tipo de información especial que captamos gracias al sentido de la vista.
El campo de estudio que tiene por objetivo analizar cómo captamos y
transmitimos los mensajes es la Teoría de la Información, de la que nace la
Teoría de la Comunicación. Mientras que la primera se ocupa de la
probabilidad de que los mensajes ocurran, desde la Teoría de la Comunicación se analiza el contenido de los mensajes a través de una rama del conocimiento
denominada semiótica o semiología, que se puede definir como el campo del
saber que estudia los signos.
Dentro de un sistema de comunicación el elemento más importante para
que el receptor comprenda el mensaje es la utilización de un código común
entre ambos.
El lenguaje visual es el sistema de comunicación más antiguo que se conoce. Antes de que el ser humano articulara un lenguaje escrito, comenzó a
realizar representaciones visuales de otros seres humanos y de animales en
las paredes de las cuevas. Ésta es la característica de inmediatez, es decir, la
razón por la que el lenguaje visual es un tipo de comunicación que a un
determinado nivel no necesita aprenderse para entender su significado.
También resulta muy importante su facilidad de penetración, ya que ver cuesta menos esfuerzo que leer.
En tercer lugar, de entre todos los sistemas de comunicación empleados
por el ser humano, el lenguaje visual es el que tiene un carácter más universal.
Pero la diferencia más notable con respecto a los demás lenguajes es
que el lenguaje visual es el sistema de comunicación que mayor parecido
alcanza con la realidad. Esto sucede con el lenguaje visual debido a lo que Roland Barthes llamó
el “efecto realidad”.
En este proceso intervienen los siguientes elementos:
La realidad
El emisor o creador
El receptor o espectador
En la primera fase de construcción de una representación visual, el
emisor representa la realidad, en el sentido de sustituir una cosa por otra. ...
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