MARIO HERNANDEZ
Mario Hernández: como, luego existo Mario Hernández: como, luego existo Hugo Sabogal/Fotos: David RugelesMay 23 de 2012 La familia de Mario Hernández sobrevivió vendiendo tamales y hoy dirige la empresa de cueros más reconocida del país. Historia de un hombre amante de la gastronomía, que en esencia es lo que come.
Mario Hernández, el más reconocido empresario de cueros de Colombia, piensaalrededor de lo que come y come alrededor de lo que piensa. Desde chico aprendió que la comida no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma, y es, a la vez, el mejor termómetro para conocer la condición de las personas. Para Hernández, uno es lo que come.
En su oficina, en el comedor de la fábrica, en los encuentros gastronómicos con sus amigos cada semana o en sus visitas a París, Hong Kong oCiudad de México, comprueba de manera permanente que la comida es una especie de credencial para sobrevivir, triunfar, consolidar amistades, estrechar el amor filial, ablandar contrarios, administrar su compañía o evaluar el desempeño de sus trabajadores.
Porque así como un especialista en dirección de empresas o mercadeo estratégico emplea sus conocimientos para ejercer el liderazgo, Hernándezlo hace utilizando como herramientas las simples enseñanzas de la gastronomía, porque se entienden en todas lenguas y culturas, sin distingo de condición social, económica o formativa.
Mario Hernández, entre el derroche y las decepciones
Nació en Capitanejo, departamento de Santander, pero debido a la violencia política viajó a Bogotá, a muy temprana edad, en compañía de sus padres y sus treshermanos menores. Desde muy joven empezó a trabajar y vivió momentos de grandes ganancias, grandes derroches y grandes decepciones. Tras la muerte de su padre, la familia sobrevivió con la venta de tamales santandereanos y esa fue su primera experiencia directa con el poder redentor de la comida.
Enviar fue vendedor de bufandas, corredor de finca raíz y empresario del entretenimiento, y el comúndenominador de este discurrir lo constituyó el contacto con las comidas autóctonas, a las que valora por encima de todas las demás. Así fue como descubrió los encantos del aguacate mariquiteño, el viudo de capaz de Girardot, el mondongo paisa, el sancocho de pescado caribeño y la mazamorra chiquita boyacense. Más tarde haría lo propio en sus correrías por el mundo, y por eso es por lo que pone a losmuseos y atractivos turísticos en un segundo lugar, y prefiere ir primero a las plazas de mercado.
Se batió varias veces entre el éxito y el fracaso, hasta que halló en el negocio del cuero la estabilidad y el crecimiento. Creó e impulsó marcas como Cuerolandia y Marroquinera antes de que un español lo convenciera de ser más osado, poniéndole su propio nombre a todo lo que hiciera. Se lodemostraron ejemplos como los de Christian Dior, Ermenegildo Zegna y Louis Vuitton. Pero Colombia no estaba preparada para adoptar esa tendencia, menos aún si los compradores no reconocían el nombre de un incógnito personaje. Fue una reinvención dolorosa.
Entre el cuero y la cocina
Finalmente, con la holgura, surgieron las relaciones con los medios y la farándula, y llegó a ser socio de personalidadescomo David Stivel y Julio César Luna, con quienes abrió el café-concierto La Pigalle. Y con Alfonso Lizarazo, Jesús Álvarez y Álvaro Lamprea montó el restaurante Los Vitrales, especializado en carnes a la parrilla. Fue su incursión en el universo de la comida como negocio.
Hernández admite que se trató de una época de rumba suelta y algo desenfrenada. A la postre, esos negocios se quedaron en lamitad del camino y fue cerrándolos uno a uno para concentrarse en su marca y en el cuidado de sus hijos.
Pero a medida que la empresa crecía, y limitado por su falta de educación profesional, empezó a recurrir a ejemplos de la comida para orientar a su equipo y desarrollar relaciones de largo tiempo con sus proveedores.
En tono filosófico dice que, como en cualquier preparación culinaria, la...
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