mario

El texto literario en el aula de ELE. Un caso práctico:
«Los bomberos», de Mario Benedetti
Nitzia Tudela Capdevila
Instituto Cervantes de Orán
Queremos en este artículo partir del reconocimiento a un hecho innegable: el
lugar bien ganado (al menos desde el punto de vista teórico) que tiene ya el texto
literario en el mundo ELE gracias a la aportación del enfoque comunicativo; ahora
bien,sabemos que no siempre ha sido así, pues como señala Marta Sanz (2006: 6),
«a lo largo de la historia de la metodología para la enseñanza de las lenguas extranjeras, los textos literarios y, por extensión, la literatura, han jugado un papel
cuanto menos controvertido». Durante mucho tiempo, en especial al principio de
los enfoques comunicativos y a causa de las reticencias que causaba laliteratura
por el mal uso que de ella se había hecho en métodos anteriores, especialmente
en el de gramática-traducción, las muestras literarias no eran sino un mero apéndice al final de cada unidad didáctica en métodos que se hacían llamar comunicativos, cuando en realidad se les relegaba a una posición de cierre de tema que
muchas veces por cuestiones de tiempo e incluso por ser poco convincentepara
el docente y/o el discente no se llegaba ni siquiera a trabajar. A esta situación se
refiere Rosana Acquaroni (2007: 50) cuando apunta a que en los programas nociofuncionales «los textos literarios se convierten en toques de distinción cultural,
generalmente atrincherados en alguna sección fija que cierra la unidad didáctica
y que, en numerosas ocasiones, ni siquiera se ven acompañados deinstrucciones
para su explotación o, si las hay, destacan por su imprecisión, o quedan directamente relegadas al Libro del profesor, como pautas de comportamiento docente».
En ese afán por trabajar la Cultura con C mayúscula (en la conocida denominación que Lourdes Miquel y Neus Sans [1992] hicieran en su día, con algunas
modificaciones posteriores), hoy por hoy también nos encontramos conmanuales
que desde el nivel A1, en su primera lección, intentan dar cabida a la literatura con
alguna muestra desafortunada, como el relato más breve de la literatura universal,
el cuento de Augusto Monterroso («Cuando se despertó el dinosaurio todavía estaba allí….») que por cuestiones gramaticales, nocionales y por mero sentido común
no pueden trabajarse en momentos tan tempranos; parece como sila brevedad
de este cuento magistral fuera condición suficiente para bombardear al alumno
en su primera clase y así ennoblecer la obra dándole un lugar preponderante a la
literatura, haciendo creer que esa será la tónica general del estudio del español a
través de textos literarios. En el mismo error incurriríamos si pensásemos que por la
vía de la trivialización pueril de los contenidos esmás fácil acceder a los objetivos
del curso, por ejemplo, incluyendo los extremadamente difíciles cuentos infantiles en el proceso de enseñanza de la lengua, cuando es evidente que el lenguaje
que estos textos presentan es complejo y sumamente rico, a la altura de un C2
en la mayoría de las ocasiones; por tanto, no perdamos el norte y dejemos que el
89

sentido común y el buen hacer nos guíenen la tarea de integrar la literatura en el
programa curricular y en los materiales didácticos que manejamos.
El texto literario es un material autosuficiente para la enseñanza de lenguas
(como se mostró durante el largo período de vigencia del hoy denostado por tantas
razones método de gramática-traducción); tan autosuficiente puede llegar a ser
que podría servir de columna vertebral para uncurso (Acquaroni, 2007: 46) donde
lo que prime sea lo comunicativo, fundamentalmente porque la literatura es capaz
de generar a su alrededor el tratamiento del léxico, la gramática, la pragmática y
las destrezas, pero sobre todo porque se trata de un recipiente o una cápsula de
información sociocultural para el alumnado y para el profesor en su empeño por
propiciar el diálogo, el debate y...