Markus wolf
Markus Wolf
Markus Wolf, jefe del Servicio de Espionaje de Alemania del Este, falleció el 9 de Noviembre a la edad de 83 años.
Fascinante para sus admiradores, odioso para susenemigos, Markus Wolf se enfrentó a todos los dilemas y conflictos de la Guerra Fría1 en Europa. De alguna manera, tiene algo de héroe, no sólo como profesional sino también como patriota e idealista.Tenía excusa incluso para su comunismo exacerbado: ¿acaso su familia judía2 no se refugió de los Nazis en la Unión Soviética? Tras la caída del comunismo, comenzó a darse a conocer como un hombre culto,encantador, cocinero experto y, según algunos, un rompecorazones. Fue completamente distinto de la mayoría de los jefes del Servicio de Espionaje de la Unión Soviética: hombres llenos de arrugas,rechonchos con gafas gruesas y dientes de acero.
Había un halo de glamour en la forma en la que Wolf espiaba a sus incompetentes rivales de la Alemania Federal. Al frente durante 34 años del serviciosecreto de espionaje exterior de la Stasi3, el Ministerio de la Seguridad del Estado, infiltró agentes y reclutó soplones por toda Alemania Federal. Algunos se colocaron en los mismos ministeriosencargados de defender la democracia; otros, en los altos cargos del Estado, incluso en la cancillería. Para aquellos que creían que el materialismo del Oeste era vergonzoso o que eran demasiado compasivostras el pasado Nazi, era tentador admirar la astucia de alguien capaz de humillarlos tantas veces
Le llamaban “el hombre sin rostro4”. Ocultó tan bien su identidad que supuestamente sus oponentesoccidentales no dispusieron con certeza de una fotografía suya hasta 1978. No obstante, la CIA lo había identificado ya en 1959, a partir de fotografías tomadas cuando asistió a los juicios de crímenesde guerra de Nuremberg5 como un joven reportero de radio. Además, muchos pensaban que fue la inspiración de la escurridiza Karla6, la ficticia espía soviética que daba mil vueltas a sus adversarios...
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