Marthin Luther King
Contrario a semejantes meras opiniones, una compañía de actores consumados, como en el caso de lasporciones iniciales de Hamlet o Julio César, tiene que llevar la realidad de la mentalidad de la Roma de Shakespeare de los tiempos de Julio César y Cicerón o de la Dinamarca legendaria de Hamlet alescenario, aun antes de que los principales personajes del drama suban directamente al tablado. Por razones que abordaré más adelante, es casi una regla de principio de la composición de la tragediaclásica, que el personaje principal no debe entrar en escena hasta que el carácter paradójico de la escena en la que ese personaje va a aparecer, se haya establecido como una especie de experiencia porderecho propio en la mente del auditorio y, por tanto, también a través de los ensayos y la experiencia de repetidas representaciones públicas, en las mentes de los actores en el escenarioclásico.[38]
Haré un esfuerzo aquí para dejar en claro este rasgo esencial del diálogo de culturas; la esencia del drama yace “entre los resquicios”, yace más allá de lo literal. Un diálogo verdadero talocurre en el dominio único, aquel de la hipotetización platónica, donde se encuentra la verdad, en el principio universal de la comunicación específicamente humana: la ironía clásica.
Por ejemplo, alinicio de las dos tragedias de Shakespeare que hemos escogido aquí para propósitos de ilustración, al subir el telón, el público sentado debe experimentar rápido un sentido misterioso al efecto de...
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