Martin Fierro

MARTIN PRIETO
El gaucho Martin Fierro de José Hernández
Los epígrafes y la carta-prologo
13 cantos y un total de 2317 versos conforman “El Gaucho Martín Fierro”
El poema que J. Hernández mando a imprimir como un folleto en la Imprenta de la pampa, Bs As. A fines del año 1872 y que comenzó a distribuirse al año siguiente.
Este folleto estaba precedido por tres extensos epígrafes y una cartaprólogo, y sucedido por “el camino trasandino”, un artículo firmado por el mismo Hernández.
Epígrafes:
1. Es un extracto del discurso del senador santafecino Nicasio Oroño, de la sesión del 8 de octubre de 1869 del Senado de la Nación.
2. Otro extracto, este de una noticia publicada en el diario La Nación el 14 de noviembre de 1872.
3. La transcripción del poema “el payador” del UruguayoAlejandro Magariños Cervantes, de su libro Celiar, leyenda americana.
La carta-prólogo define pautas de lectura del poema. Tiene, sin embargo, un destinatario preciso: el estanciero y juez de paz José Zoilo Miguens, a quien Hernández llama querido y verdadero amigo.
El camino Trasandino es un artículo de doctrina práctica en el que Hernández afirma la necesidad de abrir un ferrocarril entreMendoza y Chile.
Los epígrafes y la carta prólogo acompañaron todas las ediciones de “El Gaucho Martin Fierro”, son ya inescindibles del mismo poema y forman un conjunto que contribuye a precisar su sentido y la configuración de su personaje principal.

El discurso de Oroño de 1869 sobre la “necesidad de reducir el ejercito de línea y licenciar la Guardia Nacional que sirve en la frontera”, dondefundamenta un pedido de “retiro del ejército del Paraguay”, rechazado en la misma cámara por el ministro de Guerra del entonces presidente Sarmiento y por el general B. Mitre, pone en blanco sobre negro la situación del gaucho, “el hombre de nuestros campos”, históricamente usado como fuerza de choque por los distintos gobiernos centrales para ganar terreno indio, que era quien ocupaba ambicionadastierras del desierto argentino. Y también acusa el “despotismo y la crueldad con que tratamos a los pobres paisanos” quienes, envueltos en su manta de lana o con su poncho a la espalda, son vistos como los indios de nuestras pampas y “tratados con la misma dureza e injusticia que los conquistadores empleaban con los primitivos habitantes de América.”
Oroño, sin embargo, no denuncia una novedad.Ya desde 1815 estaba en vigencia un bando según el cual el gaucho que no era propietario de tierra ni tenia papeleta de conchabo era “reputado por vago” y eran destinados por el gobierno al servicio de armas por cinco años.
Dicho bando fue promovido por los terratenientes, que se quejaban de la inconstancia laboral de los trabajadores rurales y campesinos.
En realidad, los gauchos, favorecidospor la extensión de la pampa, después de haber adquirido un oficio rural como jornaleros para los terratenientes, se instalaban con su familia como pequeños cuentapropistas en parcelas más o menos alejadas, que no tenían dueño , o hasta donde no llegaba la autoridad de éste, para ejercer su labor. Como señala Juan Carlos Garavaglia, esa libertad del gaucho era una amenaza solo para el ordenproductivo de los propietarios, quienes obtienen del gobierno un bando a su favor en el que se presenta dicha libertad como una amenaza para el orden público. A cambio de la concesión, el gobierno obtiene soldados destinados, básicamente a cumplir funciones en los fortines, regimientos y destacamentos de frontera. Tanto el gobierno de Rivadaviano como el de Rosas más tarde y el surgido después deCaseros fueron afinando esta herramienta que les permitía, por un lado controlar el mercado de trabajo y, por el otro, sumar soldados a un ejército siempre necesitado de hombres.
Después de Caseros, para mejorar el reclutamiento, el gobierno de Buenos Aires da nuevas atribuciones y mayor autonomía a los jueces de paz, quienes ejercían el poder de policía, prohíbe las fiestas, el consumo de bebidas...