martin fierro
1) Nombrar los elementos del contorno campestre que amparan al gaucho, luego que la sociedad lo ha rechazado.
2) En un momento dado se emplea el vocablo fierro como sinónimo de cuchillo, establecer una relación entre este uso y el nombre del protagonista.
3) Hay expresiones que delatan cierta actitud irónica ¿cuáles?
4) En el poema hay subtemas como: lasoledad, la incomunicación y la fuerza del destino de los individuos y de las sociedades. Demostrar con un ejemplo para cada uno de estos subtemas.
5) Demostrar en que medida Martín Fierro es un personaje afectuoso con su mujer, hijos y amigos.
6) Hacer una comparación entre las vidas de Cruz y Fierro.
7) Comparar los consejos de Vizcacha con los de Fierro.
8) Comentar los temas tratados en lapayada entre el Moreno y Fierro.
9) ¿Qué datos respeta y cuáles no Borges en su cuento El Fin?
10) Después de leer el cuento Biografía de Tadeo Isidoro Cruz, hacer una biografía del mismo.
EL FIN
Recabarren, tendido, entreabrió los ojos y vio el oblicuo cielo raso de junco. De la otra pieza le llegaba un rasgueo de guitarra, una suerte de pobrísimo laberinto que se enredaba y desatabainfinitamente... Recobró poco a poco la realidad, las cosas cotidianas que ya no cambiaría nunca por otras. Miró sin lástima su gran cuerpo inútil, el poncho de lana ordinaria que le envolvía las piernas. Afuera, más allá de los barrotes de la ventana, se dilataban la llanura y la tarde; había dormido, pero aun quedaba mucha luz en el cielo. Con el brazo izquierdo tanteó, hasta dar con uncencerro de bronce que había al pie del catre. Una o dos veces lo agitó; del otro lado de la puerta seguían llegándole los modestos acordes. El ejecutor era un negro que había aparecido una noche con pretensiones de cantor y que había desafiado a otro forastero a una larga payada de contrapunto. Vencido, seguía frecuentando la pulpería, como a la espera de alguien. Se pasaba las horas con laguitarra, pero no había vuelto a cantar; acaso la derrota lo había amargado. La gente ya se había acostumbrado a ese hombre inofensivo. Recabarren, patrón de la pulpería, no olvidaría ese contrapunto; al día siguiente, al acomodar unos tercios de yerba, se le había muerto bruscamente el lado derecho y había perdido el habla. A fuerza de apiadamos de las desdichas de los héroes de las novelas concluimosapiadándonos con exceso de las desdichas propias: no así el sufrido Recabarren, que aceptó la parálisis como antes había aceptado el rigor y las soledades de América. Habituado a vivir en el presente, como los animales, ahora miraba el cielo y pensaba que el cero rojo de la luna era señal de lluvia.
Un chico de rasgos aindiados (hijo suyo, tal vez) entreabrió la puerta. Recabarren le preguntócon los ojos si había algún parroquiano. El chico, taciturno, le dijo por señas que no: el negro no contaba. El hombre postrado se quedó solo; su mano izquierda jugó un rato con el cencerro, como si ejerciera un poder.
La llanura, bajo el último sol, era casi abstracta, como vista en un sueño. Un punto se agitó en el horizonte y creció hasta ser un jinete, que venía, o parecía venir, a la casa.Recabarren vio el chambergo, el largo poncho oscuro, el caballo moro, pero no la cara del hombre, que, por fin, sujetó el galope y vino acercándose al trotecito. A unas doscientas varas dobló. Recabarren no lo vio más, pero lo oyó chistar, apearse, atar el caballo al palenque y entrar con paso firme en la pulpería.
Sin alzar los ojos del instrumento, donde parecía buscar algo, el negro dijo condulzura:
—Ya sabía yo, señor, que podía contar con usted.
El otro, con voz áspera, replicó:
—Y yo con vos, moreno. Una porción de días te hice esperar, pero aquí he venido.
Hubo un silencio. Al fin, el negro respondió:
—Me estoy acostumbrando a esperar. He esperado siete años.
El otro replicó sin apuro:
—Más de siete años pasé yo sin ver a mis hijos. Los encontré ese día y no quise...
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