Martin
Una mañana temprano, Kathia la mona se despertó y no encontró
a uno de los gemelos en la cama.
-¡Ay,debe estar caminando dormido otra vez!-exclamóLlamó desesperadamente a Bruno el Tucán,su vecino
-¡Despiértate Bruno! ¡Monito Martín no está!
Bruno parpadeó y luego con los ojos bien abiertos respondió.
-¡No te preocupes Kathia,Vamos abuscarlo!
Kathia y Bruno fueron directamente al río,que era el lugar de juego
favorito de Monito Martín. Allí encontraron a Luis el jaguar tomando
su baño de la mañana.
-¿Has visto a MonitoMartín?-Pregunto Bruno.
-No lo he visto...¡pero alguien con mucha hambre pasó por aquí,
comiendo los más ricos plátanos!-dijo Luis,mostrando las cáscaras de plátano.
Las cáscaras de plátano llevarona Kathia y a Bruno hasta el fondo de la selva.Allí
encontraron dos jirafas
-Señora Jirafa ¿has visto a mi pequeño hijo Martín?-preguntó Kathia.
-¡Dios mío! ¿se perdió?...No, no lo he visto,pero esas me parecen
huellas de mono-dijo, señalando hacia un alto árbol.
Kathia y Bruno siguieron las huellas hasta donde pudieron, pero no había ninguna
señal de Monito Martín.
-¿Ahora quéhacemos?-dijo Kathia preocupada.
-Hagan lo que hagan-dijo una voz suave-porfavor no se descuelguen por aquí como hizo ese monito
dormido o voy a tener que tejer mi telaraña otra vez.
Era unaaraña muy enojada que tejía su rota telaraña.
De repente, Bruno alcanzó a ver algo moviéndose entre los árboles.
¡Mira, allí está!-dijo emocionado Bruno.
Martín estaba colgando de unas ramassobre la gran casacada de la selva, cuando Bruno lo vió.
-¡Despierta Martín!-dijo con su voz de tucán.
¡PLAF! cayó en el estanque Monito Martín.
Su madre corrió a socorrerlo con mucha alegría.-¡Hijo! ¿estás bien?-dijo Kathia la mona.
-¡Sí mamá, soñé que había comido cien plátanos! ¡Y ahora ni siquiera tengo hambre!-dijo a su mamá y amigos, Monito Martín.
-Bueno ya que tú estas...
Regístrate para leer el documento completo.