Martín lutero
ro, Maestro en Artes y en SagradaEscritura y Profesor Ordinario de esta última disciplina en
Por ello, el Espíritu Santo nos beneficia en la persona del Papa, quien en sus decretos siempre hace una excepción en caso de muerte y denecesidad.
esa localidad. Por tal razón, ruega que los que no
puedan estar presentes y debatir oralmente con nosotros, lo hagan, aunque ausentes, por escrito.
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo.Amén. 11.
1. Cuando nuestro Señor y Maestro Jesucristo
dijo: "Haced penitencia...", ha querido que
toda la vida de los creyentes fuera peniten-
cia. 12.
2. Este término no puede entenderse en elsentido de la penitencia sacramental (es
decir, de aquella relacionada con la confe-
sión y satisfacción) que se celebra por el 13. ministerio de los sacerdotes.
3. Sin embargo, el vocablo no apuntasola-
mente a una penitencia interior; antes bien,
una penitencia interna es nula si no obra 14. exteriormente diversas mortificaciones de
la carne.
4. En consecuencia, subsiste la pena mientrasperdura el odio al propio yo (es decir, la 15. verdadera penitencia interior), lo que signi-
fica que ella continúa hasta la entrada en el
reino de los cielos.
5. El Papa no quiere ni puede remitirculpa
alguna, salvo aquella que él ha impuesto, 16. sea por su arbitrio, sea por conformidad a
los cánones.
6. El Papa no puede remitir culpa alguna, sino declarando y testimoniando que ha sido 17.remitida por Dios, o remitiéndola con cer-
teza en los casos que se ha reservado. Si és-
tos fuesen menospreciados, la culpa subsis-
tirá íntegramente.
Esta cizaña, cual la de transformar la penacanónica en pena para el purgatorio, parece por cierto haber sido sembrada mientras los obispos dormían.
Antiguamente las penas canónicas no se imponían después sino antes de la absolu- ción, como...
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