Maruchan
Sopas
“de vasito”
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Foto José Rodríguez
Los cambios de hábitos alimenticios de los mexicanos ya metieron en severos aprietos a las instituciones públicas de salud. Por supuesto, el consumo de sopas instantáneas no es el único culpable, pero sí forma parte (y quizá sea una de las más reveladoras) de esta transformación cultural alimentaria.
Por JoséArmando Aguilar
Hno parecía tan décadasen 1977 se ace ya algunas el problema grave:
estimaba que uno de cada seis mexicanos tenía una marcada tendencia a la obesidad. Hoy en día, la obesidad en México es considerada un serio problema de salud pública, pues 52% de la población la padece, según lo que dio a conocer la Secretaría de Salud hace algunos años. Es decir, casi sin darnos cuenta, hoypor hoy vivimos en un país de “gorditos”.
Adiós al frijol y al maíz
Pues sí, los mexicanos dejamos de ser frijoleros y, aún más, desdeñamos con mayor frecuencia el maíz, nuestro alimento ancestral. De acuerdo con datos proporcionados por el doctor
Felipe Torres Torres, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, a lo largo de la última década el consumo personalanual de frijol disminuyó de 12 a 8 kilogramos, lo que representa cerca del 33% menos (sin embargo, cifras del Consejo Mexicano del Frijol estimaban en el 2004 un descenso del 50%), mientras que el de maíz pasó de 130 a menos de 90 kilos, algo así como el 30%. Fue precisamente hace poco más de un década que llegó a México la marca Maruchan, esa nueva botana a la que sólo hay que agregarle agua ylisto, ¡se convertía en sopa! Ese fue el inicio de una industria que nos vende a los mexicanos 514 millones de vasos al año, según información publi-
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cada por Grupo Reforma en 2003. ¿Coincidencia? Por supuesto, el que consumamos cada vez menos nuestros alimentos tradicionales no se debe sólo a que Maruchan o cualquier otra sopa instantánea esté en el mercado, pero sí es unreflejo de los nuevos patrones de conducta alimentaria de los mexicanos, de la colonización cultural que al parecer es inevitable y está ligada a la globalización. ¿Por qué nos hemos alejado de la sopita de fideo y los taquitos de frijoles? Causas hay muchas, pero éstas pueden ser las más importantes: Una nueva organización social. Las familias son más pequeñas y todos sus miembros tienen que cumplircon distintas obligaciones, lo que altera su ritmo de vida y, a fin de cuentas, su alimentación. Al respecto, la doctora Gabriela Noriega, nutrióloga certificada por el Colegio Mexicano de Nutriólogos, comenta: “Es una realidad que cada vez son más las mujeres que de-
ben conseguir un trabajo fuera de casa para aportar una entrada adicional al gasto familiar. Este es un fenómeno social que haoriginado un cambio radical en los hábitos de alimentación en miles de familias mexicanas, lo que implica, desgraciadamente, el descuido de las labores domésticas en cuanto a la preparación de las comidas, afectando tanto a las mismas amas de casa, como a los demás integrantes de la familia, especialmente a los niños”. Los hijos, por su parte, cuando estudian y trabajan, se transportan de un lugara otro durante el día y únicamente se les puede ver para decirles “buenas noches”; ¿qué comieron?, sólo ellos saben. Las comidas diarias en familia son ya un lejano recuerdo. La universalización de los patrones de consumo. Los alimentos prefabricados y las cadenas de comida rápida (que llegaron con los procesos de apertura económica, y éstos como parte de la ya mencionada globalización) se ofre-Foto José Rodríguez
Los alimentos prefabricados y las cadenas de comida rápida se ofrecen como la panacea alimenticia para aquellos que, como es común en la vida moderna, no tienen tiempo de sentarse a degustar una comida completa.
Un “humeante” negocio
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Las sanas tradiciones alimentarias que todavía algunos mexicanos conservan (de las zonas...
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