marx

188 C. MARX LA GUERRA CIVIL EN FRANCIA 1 INTRODUCCION DE FEDERICO ENGELS DE 1891 2 El requerimiento para reeditar el manifiesto del Consejo General de la Internacional sobre La guerra civil en Francia y para escribir una introduccin para l, me cogi desprevenido. Por eso slo puedo tocar brevemente aqu los puntos ms importantes. Hago preceder al extenso trabajo arriba citado los dos manifiestos mscortos del Consejo General sobre la guerra franco-prusiana . En primer lugar, porque en La guerra civil se hace referencia al segundo de estos dos manifiestos, que, a su vez, no puede ser completamente comprendido si no se conoce el primero. Pero adems, porque estos dos manifiestos, escritos tambin por Marx, son, al igual que La guerra civil, ejemplos elocuentes de las dotes extraordinarias delautor -manifestadas por vez primera en El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte - para ver claramente el carcter, el alcance y las consecuencias inevitables de los grandes acontecimientos histricos, cuando stos se desarrollan todava ante nuestros ojos o acaban apenas de producirse. Y, finalmente, porque en Alemania estamos an padeciendo las consecuencias de aquellos acontecimientos, tal como Marxlos haba pronosticado. 189 En el primer manifiesto se declaraba que si la guerra defensiva de Alemania contra Luis Bonaparte degeneraba en una guerra de conquista contra el pueblo francs reviviran con redoblada intensidad todas las desventuras que Alemania haba expermentado despus de la llamada guerra de liberacin 3. Acaso no ha sucedido as No hemos padecido otros veinte aos de dominacinbismarquiana, con su Ley de Excepcin 4 y su batida antisocialista en lugar de las persecuciones de demagogos 5 con las mismas arbitrariedades policacas y la misma, literalmente la misma, interpretacin indignante de las leyes Y acaso no se ha cumplido al pie de la letra el pronstico de que la anexin de Alsacia y Lorena echara a Francia en brazos de Rusia y de que Alemania con esta anexin se convertiraabiertamente en un vasallo de Rusia o tendra, que prepararse, despus de una breve tregua, para una nueva guerra, para una guerra de razas, una guerra contra las razas eslava y latina coligadas Acaso la anexin de las provincias francesas no ha echado a Francia en brazos de Rusia Acaso Bismarck no ha implorado en vano durante veinte aos los favores del zar, y con servicios an ms bajos que aquellos conque la pequea Prusia, cuando todava no era la primera potencia de Europa, sola postrarse a los pies de la santa Rusia Y acaso no pende constantemente sobre nuestras cabezas la espada de Damocles de otra guerra, que, al empezar, convertir en humo de pajas todas las alianzas de los soberanos selladas por los protocolos, una guerra en la que lo nica cierto es la absoluta incertidumbre de susconsecuencias una guerra de razas que entregar a toda Europa a la obra devastadora de quince o veinte millones de hombres armados, y que si no ha comenzado ya a hacer estragos es simplemente porque hasta la ms fuerte entre las grandes potencias militares tiembla ante la completa imposibilidad de prever su resultado final De aqu que estemos an ms obligados a poner al alcance de los obreros alemanes estabrillante prueba, hoy medio olvidada, de la profunda visin de la poltica internacional de la clase obrera en 1870. Y lo que decimos de estos dos manifiestos tambin es aplicable a La guerra civil en Francia. El 28 de mayo, los ltimos luchadores de la Comuna sucumban ante la superioridad de fuerzas del enemigo en las faldas de Belleville. Dos das despus, el 30, Marx lea ya al Consejo General el textodel trabajo en que se esboza la significacin histrica de la Comuna de Pars, en trazos breves y enrgicos, pero tan precisos y sobre todo tan exactos que no han 190 sido nunca igualados en toda la enorme masa de escritos publicados sobre este tema. Gracias al desarrollo econmico y poltico de Francia desde 1789, la situacin en Pars desde hace cincuenta aos ha sido tal que no poda estallar en esta...