Marxismo Ortodoxo
La ortodoxiamarxista del joven Lukács de 1923 es tan enérgica como poco amiga de dogmas. El siguiente célebre párrafo, de cita obligada en toda conmemora¬ción, la expresa con énfasis: «[...] suponiendo —aunque no admitiendo— que la investigación reciente hubiera probado indiscutiblemente la falsedad material de to¬das las proposiciones sueltas de Marx, todo marxista 'ortodoxo' serio podría reconocer sinreservas todos esos nuevos resultados y rechazar sin excepción todas las tesis sueltas de Marx sin tener en cambio que abando¬nar ni por un minuto su ortodoxia marxista [...]. En cuestiones de marxismo la ortodoxia se refiere exclusi¬vamente al método» (HCC 1-2). El método marxista es para Lukács la dialéctica, la comprensión del mundo como cambio, como campo de la revolución. En cambio, el marxismo dedogmas es para él el marxismo de Kauts-ky, de Bernstein, de Hilferding, de Bauer, de los Adler, despreciado por Lukács hasta la injusticia porque ve que sus acumulaciones de saber marxista —acaso ver¬dadero— sobre la historia y la economía no desembo¬can en ningún impulso revolucionario. Hasta en su vejez ha estado Lukács satisfecho de esa caracterización del marxismo que pone a éste, por depronto, en otro plano que el de los conocimientos científicos ordinarios (puesto que éstos pueden cambiar sin alterar la orto¬doxia marxista). En el prólogo autocrítico puesto en 1967 a todos los textos que componen su célebre obra juvenil Historia y consciencia de clase (uno de los prin¬cipales clásicos de la filosofía y del pensamiento políti¬co del siglo) ha escrito al respecto: «Ya lasobservacio¬nes introductorias [al ensayo ¿Qué es marxismo orto¬doxo?] ofrecen una determinación de la ortodoxia en el marxismo que, según mis presentes convicciones, no sólo es objetivamente verdadera, sino que también hoy, en la víspera de un renacimiento del marxismo, podría tener una influencia considerable».
Efectivamente, lo que está ocurriendo en el marxis¬mo desde el doble y discorde aldabonazo de 1968tiene, por debajo de las apariencias, mucho más que ver con el marxismo del método y de la subjetividad de Lukács que con el marxismo del teorema y de la objetividad de Althusser, por ejemplo, o de los dellavolpianos, sin que, desde luego, se haya de incurrir hoy en el despre¬cio del conocimiento empírico objetivo que caracteri¬za el idealismo de la «ortodoxia» marxista del Lukács de 1923....
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