María Bulacio
A lo largo de más de 2000 años se había instaurado en China una monarquía imperial que, al siglo XIX, todavíaaparentaba solidez estatal. Sin embargo, sobre ella comenzaron a actuar factores que plantearon graves problemas, a comienzos del siglo XX.
La penetración de las potencias occidentales,alteraron sus históricas estructuras, y su evolución interna caracterizada por la degradación del orden económico-social y político, las sucesivas sublevaciones campesinas y los intentos derechazo a la penetración occidental.
Para los grupos revolucionarios la renovación de China debía pasar por el derrocamiento del gobierno imperial y la instauración de una república.Diferentes sectores sociales se aliaron en pos de lograr los llamados “tres principios del pueblo”: independencia, soberanía y bienestar. Luego de una serie de levantamientos, elmovimiento revolucionario finalmente triunfo en octubre de 1911. Se organizó un Gobierno Provisional Republicano, que obligó al emperador a abdicar en 1912, tras lo cual se proclamó,formalmente, la Republica.
Si bien esta revolución (nacionalista y antiimperialista) consiguió acabar fácilmente con el Impero, el nuevo régimen no acertó a transformar profunda mente lasestructuras socioeconómicas de la sociedad china, y el poder de los grupos tradicionales se mantuvieron vigente frente a los esfuerzos de los sectores revolucionarios.
Durante aquellos años,tuvieron lugar hechos trascendentales, como la Revolución Nacional del 4 de mayo de 1919, la guerra civil, iniciada en 1924 y finalizada en 1949, y la invasión japonesa durante granparte de la década del 30.
El año 1949 marco el comienzo de una nueva etapa para China y el inicio de un nuevo equilibrio de fuerzas en el contexto internacional de la Guerra Fría.
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