masacre de ponce
Era un momento doloroso el que vivía nuestra Patria para marzo de 1937. Don Pedro Albizu Campos y Juan Antonio Corretjer junto al resto del liderato nacionalistas presos en la Cárcel La Princesa esperando el resultado de la apelación del caso en la Corte del Primer Circuito de Boston (eventualmente se le confirmará la sentencia). En todo nuestro país se sucedenlas demostraciones de solidaridad con los patriotas encarcelados. La Junta Nacionalista de Ponce planifica un acto patriótico con doble motivación: conmemorar la Abolición de la Esclavitud a la vez protestar por el abusivo encarcelamiento de sus compañeros. Una semana antes del lamentable suceso, dos representantes de la Junta habían hecho una visita de cortesía al alcalde de Ponce, Jesé TormosDiego, obteniendo un permiso de éste (que no era necesario ya que era el ejercicio de un derecho) para celebrar la parada y mitin el domingo 21 de marzo de 1937. Sin embargo, el día anterior a la actividad el capitán de la policía Felipe Blanco le extendía una carta amenazante a los nacionalistas informándoles que la policía no permitiría la actividad y que “seguían órdenes superiores”. Aunque no loespecifican se sobrentiende que se refería al gobernador Blanton Winship o al jefe de la policía, el coronel Enrique Orbeta. Es pertinente señalar que la carta no indicaba que el permiso hubiese sido revocado. Tampoco deba razones válidas que justificaran tal decisión. No hay duda que era una determinación arbitraria y violatoria de los derechos civiles. Así lo entendieron los nacionalistas.Llegó el día de la actividad, Domingo de Ramos, 21 de marzo de 1937. Amaneció Ponce como una ciudad ocupada militarmente por la Policía. Desde el día anterior, cerca de doscientos policías armados con pistolas, revólveres, rifles, carabinas, ametralladoras y bombas lacrimógenas habían invadido la ciudad. Investigaciones realizadas aseguran que el gobernador Blanton Winship se había mudadoprovisionalmente a una finca de Villalba (lugar ni muy cerca, ni muy lejos de Ponce) donde junto a la Policía había establecido un Centro de Mando.
Horas antes de comenzar el acto (entre 1-2 PM) el coronel de la policía Enrique Orberta se entrevista con el alcalde José Tormos Diego, sometiéndolo a fuertes presiones. Le dice que el gobernador no quiere que se efectúe la marcha. Se inventa la granmentira de que venían de Mayagüez 50 nacionalistas armados. Lamentablemente se quebró la voluntad del alcalde, ordenado la cancelación del permiso de otorgado. De inmediato el coronel Orberta acompañado por el alcalde Tormos Diego, se dirigen a la Junta Nacionalista para reunirse con los dirigentes Luis Castro y Plinio Graciano. Se reúnen en un ambiente de tensión y manifiesta hostilidad contra losnacionalistas. El coronel Orberta les informa de la cancelación del acto. Para tratar de justificar la decisión les mienten al decirles que los curas se oponían a la actividad por ser Semana Santa. Durante más de una hora los nacionalistas fueron sometidos a las fuertes presiones en las que se recurría al engaño y a la amenaza. De nada valieron tan censurables medios. Los nacionalistas semantuvieron firmes en la defensa de su derecho a llevar a cabo su acto pacífico. Aquellos hombres discípulos del Maestro eran seres valientes, de principios y siempre consecuentes con lo que predicaban.
Terminada la reunión y habiendo ultimado los detalles del Plan Represivo a efectuarse, el coronel Orbeta y el capitán Blanco se ausentaron del lugar donde ocurrirían los hechos. De esa forma evadían suresponsabilidad y demostraban su cobardía. Dejaron al mando al capitán Soldevila.
Horas antes de los sucesos ya la Policía tenía acorralada las calles Marina y Aurora, lugar donde comenzaría la marcha. Los policías estaban fuertemente armados con pistolas, rifles, carabinas, ametralladoras y gases lacrimógenos (no olvidemos la militarización de la Policía de Puerto Rico, obra del coronel...
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