masacre
Para entender la vida de Walsh es necesario dividirla en dos partes. "Operación masacre cambió mi vida. Haciéndola descubrí, además demis perplejidades íntimas,existía un amenazante mundo exterior", dijo el hombre, refiriéndose al libro que inició el movimiento periodístico-literario de la novelatestimonial.
"Después de la frustración por la impunidad dela que gozaron los autores de los fusilamientos, Walsh ya no piensa en pedir justicia, sino observar que, además de permitirobtener datos y establecer la mecánica de sucesión de ciertos hechos, lainvestigación se ocupa de hechos límites que movilizan y ponen en cuestión compromisos, actos, ideas.La masacre de José León Suárez fue la perfecta culminación de un sistema; el caso Rosendo Garcíadesnuda la esencia del vandorismo, el asesinato de Satanowsky proyecta luzsobre el funcionamiento de los servicios de informaciones y su conexión con los grandes diarios". Osvaldo Aguirre
Cuando seprodujeron los fusilamientos de José León Suárez,Walsh estaba trabajando en la compilación de cuentos de la editorial Hachette. Una tarde de 1956, jugando al ajedrez en un bar de La Plata escuchó lafrase "Hay un fusilado quevive". Nunca se le fue de la mente. A fines de ese año, comenzó a investigar el caso con la ayuda de la periodista Enriqueta Muñiz, y se encontró con un gigantescocrimenorganizado y ocultado por el estado. Walsh decidió recluirse en una alejada isla del Tigre con el seudónimo de Francisco Freyre y con la única compañía de un revólver. El 23 dediciembre Leonidas Barletta,director de propósitos, denunció, a pedido de Walsh, la masacre de José León Suárez y la existencia de un sobreviviente, Juan Carlos Livraga.
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