Masoneria
Anacleto González Flores
Tu Serás Rey
2ª. Edición
Comité Central de la A. C. J. M. México, 1950
El reino de los cielos se alcanza a viva fuerza y los que la hacen son los que lo arrebatan. — Evangelio de San Mateo
Propiedad Literaria Asegurada.
DEDICATORIA DE LOS EDITORES
El Comité Central de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana, dedica esta segundaedición de la obra póstuma de Anacleto González Flores: Al Excelentísimo y Reverendísimo Sr. Dr. Dn. José Ignacio Márquez y Toriz, de feliz memoria, quien desde su puesto de Director Pontificio de la A. C. M., fue para la Asociación, amigo, maestro y padre. A la Sra. Dña. Mercedes Díaz Lombardo de Girault, actual Presidenta General de la U. F. C. M., en señal de reconocimiento por el decidido apoyoque desde hace 37 años, la Unión de Damas Católicas ha prestado a la A. C. J. M. A la Srita. Dña. Amelia Saravia, actual Presidenta General de la J. C. F. M., con el deseo de que esta obra sea también para las jóvenes de la Acción Católica, el faro que ilumine el camino de su formación. A todos los Venerables Institutos Religiosos que en nuestra Patria se dedican con especial cuidado a laformación de la Juventud.
POR DIOS Y POR LA PATRIA
México, D. F., en el Domingo de Resurrección del Año Santo de 1950.
NUESTRO AGRADECIMIENTO El Comité Central de la A. C. J. M. manifiesta a la Sra. Dña. Concepción Guerrero Vda. de González Flo res, su reconocimiento y gratitud por haberle otorgado el permiso para esta segunda edición.
DEDICATORIA Le consagro a Cristo Rey — incansablevencedor de las grandes bata llas— las páginas de este libro. Y las dedico a mi esposa —María Concepción Guerrero, angustiada compañera de mi vida—, a mis hijos —Anacleto de Jesús y Raúl— , como una parte de la herencia de mi pensamiento y a las jóvenes y a los jóve nes de La Cruzada Femenina por la Libertad y de la A. C. J. M.
EL AUTOR.
ESTE LIBR O
Este libro aspira a ser un libro dejuventud, en el sentido más intenso y fecundo, es decir, un libro de osadía cristiana. Porque en la base de todas las derrotas que han caído y llevamos sobre nuestras espaldas está todo un inmenso lastre de pusilanimidad y de apocamiento. Pusilanimidad y apocamiento en las vidas enfermas y raquíticas de l s o individuos y una postración espiritual innegable y desesperante en nuestra vida pública. Oímoshablar todos los días de las grandes personalidades que han sabido edificar sobre su carne y sobre sus huesos para hacer crecer y erguir su estatura, y sentimos como que se trata de personajes de una leyenda que nace y se desarrolla a mucha distancia de nosotros y —tras de esto— parece asaltarnos la asfixia al pensar que tuviéramos, también nosotros, que edificar sobre nuestra carne y sobre nuestroshuesos algo siquiera semejante. Y vivimos, o hasta ahora hemos vivido totalmente resignados con nuestra estatura y con el milímetro de tierra que las vicisitudes nos han dejado, y allí esperamos con los brazos caídos que se cierren nuestros ojos y se nos sepulte lejos del grito de la vida. No pedimos ni más espacio ni más sol. Nos basta lo poco que una acometida, que todavía no ceja ni cejará,nos ha dejado por ahora, a reserva de arrojamos de allí y matarnos de asfixia, de hambre y sed. Nuestro apocamiento nos ha aconsejado el desasimiento y la resignación. Nada que sobrepase un codo en altura, ni nada que vaya más allá de la tierra que pisamos. Sentimos que nuestra personalidad está gravemente enferma de empequeñecimiento y de anemia espiritual. Nuestro apocamiento no nos deja nisiquiera concebir que sea posible empinarnos sobre nosotros mismos y ser dueños de nuestros destinos y de nuestra voluntad. De aquí que hayamos tenido que venir a caer en esta mendicidad y en este innegable y evidente empobrecimiento de hombres y de valores. Y de aquí nuestra desbandada. Se nos ha desalojado de todas partes. Y nuestras manos se han doblado en el primer encuentro y todo lo hemos...
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