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Transporte público urbano

En los días recientes el añejo problema del transporte urbano de la ZMG ha estado en boca de todo mundo. Y ello porque el viernes de la semana pasada una unidad de laruta 368 imprudencialmente se subió a la banqueta y arrolló a una veintena de personas, con el saldo fatal de una joven fallecida y el resto con serias lastimaduras.
Lo más grave del caso es que estelamentable accidente no es un hecho aislado, sino algo que se ha vuelto habitual en las calles de nuestra ciudad, debido a las condiciones precarias en que opera la intricada y caótica red decamiones y minibuses del transporte urbano.
Hace mucho tiempo que este sistema de transportación pública (“sistema”, porque hay que llamarle de algún modo) es obsoleto. Y ello porque, a diferencia de otrasciudades --incluso de menores dimensiones que Guadalajara-- los camiones no son la base de su movilidad urbana, sino su complemento.
Entre nosotros las cosas son exactamente al revés: los camionesy minibuses son la base, y las modalidades masivas (el par de acotadas líneas del Tren Ligero y el único corredor del BRT) serían el complemento.
Lo anterior mucho ha tenido que ver con lamenguante calidad de vida de la degradada capital jaliscienses, cuyos habitantes padecen a diario un transporte público indigno: inseguro, poco confiable, sucio...
Ello explica porque legiones de tapatíoshan preferido adquirir un vehículo, aunque sea de medio uso, para su transportación cotidiana, a fin de no depender de un transporte público con tantos inconvenientes.
Este achaque urbano, que se havenido agravando en el último cuarto de siglo, es el resultado de la evidente incompetencia de gobernantes de ayer y de hoy (del PRI y del PAN) a los que el puesto les ha quedado muy grande.
Y aconsecuencia de ello, la ZMG padece un doble problema en su movilidad urbana: por un lado, un sistema de transporte público obsoleto y, a la par, un crecimiento desaforado de vehículos particulares...